Así lo ha puesto de manifiesto el vicepresidente autonómico, Ignacio Aguado, en declaraciones difundidas a los medios, tras la reunión del Consejo de Gobierno, que se ha realizado por primera vez por videoconferencia tras el positivo de la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, y de las consejeras Eugenia Carballedo y Paloma Martín.
Aguado ha explicado que estos hoteles son estancias que pretenden "ofrecer otros lugares de aislamiento a personas que o pueden estar en su casa o que no han recibido el alta hospitalaria", es decir, "pacientes que son especialmente vulnerables, pero que tampoco pueden estar en un cama UCI porque no son críticos".
El vicepresidente madrileño ha aprovechado para agradecer a todos los hoteleros de la autonomía su "altruismo y solidaridad", dado que han llegado a ofrecer hasta 60.000 camas en la Comunidad.
Por otra parte, Aguado ha puesto en valor las medidas aprobadas desde el Gobierno regional para "frenar la expansión del coronavirus", unas restricciones "difíciles pero que son imprescindibles". De hecho, ha recordado que fueron el primer Ejecutivo que puso en macha medidas como cerrar colegios, bibliotecas o polideportivos. "Espero que más pronto que tarde empiecen a dar resultados", ha subrayado.
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, explicó que, por las características de los pacientes, estos nuevos recursos tendrán un componente "razonable" de personal de enfermería y supervisión médica (en menor proporción) para este periodo de transición antes de dar el alta a estas personas y su apertura será inminente, a "más tardar" este miércoles.
Al respecto, Escudero ha explicado que lo que marca la diferencia entre síntoma leve y grave es la disnea, la dificultad de respirar, donde se abre un rango que va desde la hospitalización a la UCI, donde ya se requiere de respiradores.
Los hoteles medicalizados permitirán a los hospitales tener instalaciones centradas a pacientes graves y críticos, sobre el 30 por ciento del total de los que cuenta la región. La medida ha suscitado la oposición de CC.OO., que exige la habilitación de espacios en hospitales públicos de cara a recuperar camas "cerradas" y utilizar más las infraestructuras de los centros privados, que a su juicio pueden aportar al sistema unas 6.000 camas.