Para muchos españoles aprobar el carné de conducir está actualmente entre sus principales objetivos a corto plazo, sobre todo para aquellos que alcanzarán la mayoría de edad durante este año. Según Facua, sacarse el carné supone una importante partida del presupuesto familiar: una media de 692 euros, y siempre que se apruebe a la primera.
El coste de la matrícula, las clases y las tasas varían no solo entre autoescuelas, sino entre ciudades. Dependiendo de la ciudad en la que se lleve a cabo, la diferencia entre sacarse el carné en la ciudad más cara (Cuenca) y la más barata (Granada) alcanza el 106%. A este importante desembolso, hay que sumarle que ahora el examen tendrá mayor dificultad para quienes quieran someterse a este proceso. Y es que la DGT pretende poner en vigor a lo largo del año una serie de modificaciones que afectarán a la obtención del carné de conducir.
Desde Trive hacen un repaso por los cambios que afectarán a los más de 300.000 nuevos conductores que llegan anualmente de media a nuestras carreteras, así como una serie de claves para superar los exámenes con éxito.
Por un lado, en lo relativo al examen práctico, los agentes de tráfico de la Guardia Civil podrán ejercer las funciones de examinador 'puntual' e intervenir durante la prueba de conducción para medir los conocimientos del examinado. En lo relativo al examen teórico, los estudiantes tendrán que asistir a un mínimo de 8 horas de clases teóricas obligatorias -tanto para coches, como para motos- y solo se les permitirán un 10% de errores en el examen.
Pero no todo es restrictivo. La DGT se moderniza y permite el uso de sistemas de ayuda a la conducción si el coche en el que se están examinando los lleva incorporados, como, por ejemplo, el sistema Star-Stop, el sistema de ayuda de salida en pendiente, los sensores de lluvia, luz o de aparcamiento, o el frenado de emergencia.
Para incentivar la asistencia a clase, por otro lado, los motoristas podrán contar con un plus de puntos en su carné, pudiendo alcanzar un total de 19 puntos. Asimismo, la DGT está trabajando en el desarrollo de una aplicación para poder presentar el carné en formato digital a los agentes. Por último, se pretende ampliar el tipo de carné, al que se pueda acceder desde los 18 años si se es titular del Certificado de Aptitud Profesional (CAP).
• Analizar las diferencias entre autoescuelas. Cada maestrillo tiene su librillo. Por eso, y dada la diferencia de precio que hay entre un sitio u otro, se aconseja pedir precios a las diferentes autoescuelas de la ciudad, exigiendo que sus tarifas especifiquen por escrito todo lo que incluyen. Asimismo, es aconsejable pedir referencias a personas conocidas para tener en cuenta su experiencia al respecto. La localización y los horarios de la escuela serán importantes para evitar la pereza de asistir.
• Ir a clase ayuda a retener conceptos. Además, ahora es obligatorio contar con un mínimo de asistencia. Pero, aunque no lo fuera, lo cierto es que asistir a clase ayuda a recordar conceptos y practicar los test que, a posteriori, se encontrarán en el examen de conducción.
• Examinarse cuando se esté preparado. Las prisas no son buenas consejeras. Pero, en lo relativo al examen de conducir, todavía menos, sobre todo porque afecta directamente al bolsillo. El test cuenta con 30 preguntas, en las que hasta ahora se pueden cometer hasta 3 fallos, aunque como comentábamos, la idea es endurecer esta prueba.
• Conocer la zona del examen. Es importante estar familiarizado con la zona en la que se vaya a llevar a cabo la prueba de conducción, ya que evita desconocer el tráfico, la normativa de circulación y así ejecutar el examen con una mayor seguridad y confianza.
• Ser meticuloso y 'exagerado'. Uno de los errores más comunes en el examen práctico es el de no prestar atención a ciertos gestos o movimientos. El examinador estará muy pendiente del comportamiento al volante, por lo que es recomendable 'exagerar' durante el momento de colocar asiento, retrovisores, cinturón, así como en los tiempos de parada en un stop. Y, sobre todo, es importante prestar atención a las indicaciones durante el tiempo de examen, pues el examinador puede dar indicaciones trampa para poner a prueba ciertas habilidades.