La Asociación de viandantes A Pie y la Fravm han publicado una serie de propuestas de movilidad destinadas a garantizar que, cuando el confinamiento se relaje y podamos volver a la calle, lo hagamos en condiciones de seguridad, tanto desde el punto de vista de evitar el contagio del Covid-19 como de caminar sin riesgo de atropellos.
La ampliación de aceras donde sea posible, la ocupación de las calzadas de manera temporal, la creación de nuevas áreas de prioridad peatonal y la declaración de Madrid como Ciudad 30 son algunas de las soluciones propuestas por ambas entidades.
Además de las medidas dirigidas a favorecer la movilidad ciclista -como los carriles bici provisionales- como medio de transporte seguro frente al virus, A Pie y la Fravm ponen el foco en favorecer los desplazamientos caminando, no solo dentro de los barrios, sino también en distancias medias o entre distritos.
Pero para ello es "imprescindible contar con aceras anchas, que permitan guardar una distancia de seguridad adecuada", recuerdan: según sus cálculos, la anchura mínima para garantizarlo debería ser de 3 metros.
Dado que en muchas calles esto es inviable, la propuesta es "autorizar el uso de la calzada por las personas que caminan", esto es, peatonalizar determinadas calles en toda la ciudad.
Para eso también es necesario reducir la velocidad de circulación de los coches, por lo que a semejanza de lo hecho en otras ciudades, se propone establecer zonas de prioridad peatonal (zonas 30 y calles residenciales) mediantes cortes al tráfico en calles con aceras de anchura inferior a 3 metros, ampliación temporal o definitiva de aceras en calles con múltiples carriles de circulación o banda de aparcamiento, y campañas de fomento de los "desplazamientos activos" en lugar del coche.
Finalmente, reclaman revertir el cierre de zonas verdes y espacios libres, tanto para los desplazamientos como para la actividad recreativa, "fundamental para la salud física y mental" de las personas tras el largo confinamiento.