A pie de Calle

El virus sí tiene género

Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO

Martes 28 de abril de 2020
El siguiente artículo de opinión de Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO, fue publicado el pasado día 6 de abril en 'El Siglo de Europa'. En él analiza las consecuencias de la epidemia sobre los derechos, la economía y la situación social de la mujer.

En esta lamentable situación de crisis sanitaria, y en consecuencia económica, vemos cómo a diferencia de lo que sucede con la ideológica, la procedencia y las creencias, el virus sí parece tener género. Sólo hay que ver cómo desde la aparición del mismo ya se encargaron de atribuir la propagación de la pandemia a esa manifestación del 8 de Marzo, de la que no se ha comentado nada, a no ser que sea para recriminar su celebración “con la que estaba cayendo”. Parece ser que nadie se ha percatado de que ese mismo día se celebraron eventos deportivos (fútbol, baloncesto, atletismo) con aforos de más de 300.000 personas en total, celebraciones religiosas con un aforo desconocido al que nadie echa cuenta, programas culturales o el mismísimo acto antifeminista en el Palacio de Vistalegre de Madrid, con, según sus propios datos, 9.000 asistentes creado por y para boicotear la propia manifestación del 8 de Marzo.

La consecuencia real no es tanto del indeseable virus contagioso, como de las constantes desigualdades y discriminaciones estructurales que sufrimos las mujeres a lo largo de la Historia y que terminan teniendo un cariz diferente no sólo en la trayectoria de una pandemia, sino en las medias correctoras de la misma y en las consecuencias económicas y sociales de esta crisis sanitaria.

Y así vemos cómo tras la declaración de estado de alarma del Gobierno, con aquel RD 463/2020, se han ido trabajando nuevos textos como el RD Ley 6/2020 en donde se adoptaron medidas urgentes en el ámbito económico y para la protección de la salud pública y, por último, en este RD Ley 8/2020, con la intención de hacer frente al impacto económico y social de este Covid-19. Reales Decretos Leyes que se han ido actualizando y publicando a lo largo de estas tres semanas que llevamos de confinamiento y que han pretendido ir respondiendo a las distintas cuestiones y necesidades que han ido surgiendo con mayor o menor fortuna.

En dichos decretos se recogen objetivos y propuestas de actuación, aunque aún insuficientes para buena parte de los sectores, ocupaciones y tareas más feminizadas (ayuda y atención domiciliaria, empleo doméstico, etc.) y que resultan esenciales en la superación y recuperación social y económica de esta crisis.

Las medidas de conciliación y corresponsabilidad son poco ambiciosas y no dejan de penalizar laboral y salarialmente a quienes asumen las obligaciones y necesidades de cuidado y atención, que ahora se ven agrandadas a consecuencia de la crisis: contagios, aislamiento, cierre de colegios y centros de educación, residencias, etc. Circunstancias que hacen aumentar la carga de trabajo propia del hogar y al mismo tiempo la externa, con una mayor demanda de ayuda a domicilio, tareas domésticas y cuidado y atención a personas dependientes que complican las garantías de seguridad y salud para las mujeres que se dedican a ello.

Antes de que se produjera la propia declaración del estado de alarma, CC.OO, junto con UGT, CEOE y Cepyme ya nos habíamos adelantado y habíamos formulado un documento de propuestas al Gobierno con una serie de medidas a fin de cubrir las posibles situaciones y contingencias derivadas del coronavirus.

En ese documento, conocedoras de la urgencia y excepcionalidad de la situación, considerábamos necesario que se desarrollara un Real Decreto Ley en el que, a través de las medidas laborales y de Seguridad Social, se permitiera proporcionar seguridad jurídica a empresas y personas trabajadoras, pues sabíamos cómo la normativa laboral y de Seguridad Social actual resultaba ser insuficientes.

Y así dedicamos dicho documento a las medidas destinadas a regular los expedientes de regulación temporal de empleo por sus diversas causas, alternativas propuestas a la protección de los y las trabajadoras fijas discontinuas, así como las situaciones de aislamiento o contagio de las personas trabajadoras, o las destinadas a resolver los problemas que surgieran del cierre de centros escolares, centros de día y restricciones de movilidad o el propio teletrabajo.

Un documento que busca el objetivo final de reducir al máximo las consecuencias nefastas que pueda provocar social y económicamente una crisis sanitaria de tanta envergadura como la que estamos padeciendo.

Está claro que es muy difícil pronosticar los efectos y mucho menos la respuesta ciudadana a algo desconocido, pero, del mismo modo que salimos todos los días desde el inicio de esta crisis a nuestras ventanas y balcones para mostrar nuestra solidaridad, sabemos con certeza que este Covid-19 ha cambiado y cambiará nuestro día a día laboral, familiar y personal.

Por ello, con virus y sin él, debemos seguir mostrando esa sororidad y solidaridad ciudadana tan necesaria para con los servicios sociales, la defensa de la sanidad pública, la protección del Estado del Bienestar y la erradicación de las violencias machistas. Todos ellos son elementos de una realidad social y económica en donde las mujeres jugamos un papel fundamental y esta situación, como cualquier otra normativa, medida, plan y programa de Gobierno debe tener su propio informe de impacto de género.

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