Tan solo tres meses después y tras un proceso de limpieza específico para este tipo de instalaciones, se han vuelto a borrar las pintadas vandálicas. Así, los bancos de granito vuelven a ser punto de descanso para los vecinos que transitan a diario por la plaza.
Construida en 1869, desde el siglo pasado se convirtió en el corazón indiscutible de la zona de Malasaña. Recientemente se ha conmemorado la fecha que da nombre al enclave que hace referencia a los levantamientos del 2 de mayo de 1808, cuando el pueblo de Madrid se rebeló contra las tropas invasoras de Napoleón. El punto central de la plaza lo ocupa, desde 1908, el monumento a Daoiz y Velarde, como tributo a dos de los héroes de Monteleón.
Además del daño que suponen para este tipo de instalaciones de granito, los grafitis implican un deterioro de las calles y del patrimonio histórico de la ciudad. Asimismo, este tipo de pintadas con materiales corrosivos provocan un elevado coste, tanto económico como medioambiental. El gasto medio anual en limpieza de grafitis para las arcas municipales asciende a 2,6 millones de euros, lo que representa un importe de 10.780 euros por día de trabajo.
Su eliminación requiere del empleo de un material especial para la protección de los trabajadores y, por otro lado, la utilización de productos de limpieza específicos para que no dañen la instalación o el monumento. El agua necesaria para proceder a esa limpieza, así como la contaminación provocada por el vertido de los productos químicos empleados, supone un importante coste medioambiental.
El pasado mes de octubre el Ayuntamiento de Madrid, a través de la Junta Municipal del Distrito de Centro, se sumó con la campaña Firmas, impulsada por las asociaciones y plataformas vecinales Vive Malasaña, SOS Malasaña, ACIBU y Esto es Pez, a una iniciativa conjunta para concienciar sobre el problema que supone la presencia de grafitis en las calles y en los espacios del distrito, principalmente en esta zona de Malasaña.