El 11’8% (16) subirían el cierre en fase 2, con 50% de aforo en terraza y 40% en comedor interior. Finalmente, un 3% (4) se incorporaría en fase 3, con 50% de aforo interior y servicio en barra con distancia de seguridad. Siete restaurantes han implantado la comida para llevar o a domicilio en fase 0. Los 107 restantes sólo reabrirían una vez finalizada la prórroga por fuerza mayor de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) del Real Decreto-Ley 18/2020.
“En estas condiciones, la mitad de la hostelería del barrio corre peligro de muerte”, alerta Guillome Glavoix, propietario de La Playa de Lavapiés, en la calle de Argumosa, arteria del terraceo castizo que seguirá prácticamente vacía. El 80% de los establecimientos afrontará otras seis semanas sin ingresos con gastos fijos elevados, como el alquiler de los locales. “Sin alternativas reales para generar ingresos, ya damos el verano por perdido”, advierte Jaime Fernández, socio propietario de Tasca Barea (Rodas, 2), uno de los cientos de pequeños bares del barrio sin terraza.
“Sólo un 25% tiene terraza, con un aforo medio de cinco mesas para unas 20 personas”, subraya Mercedes Saracho, gerente de la asociación. “La mayoría sólo dispone de barra y unas pocas mesas dentro. Calculamos que un 50% puede echar el cierre definitivamente”, concluye.
“El aforo propuesto es incompatible con la apertura, nos abocamos a un cierre masivo”, explica Antonio Amago, propietario de La Musa de Espronceda (Santa Isabel, 17). Propone “apelar a la responsabilidad de cada empresario para mantener las distancias de seguridad”.
“Sin turismo internacional y el consumo local mermado por la crisis y el temor a un rebrote, no tenemos fecha de regreso a la normalidad”, asegura Alicia Cid, propietaria de Como vaca sin cencerro (Olivar, 54). Lavapiés es un entramado de calles estrechas y en cuesta. Al igual que otros cascos históricos, el 90% de su tejido hostelero lo integran “pequeños negocios familiares, que sólo viven de la barra”, explica.
Juan Manuel Ortega, propietario de La Nobia (Salitre, 45), no abrirá antes de la fase 3 y reclama claridad en las medidas de seguridad: “La incertidumbre no nos permite hacer números reales, ni ver si nuestros negocios van ser viables a medio plazo”. Tampoco sabe cómo va a afectar la obligación de llevar mascarillas en espacios de uso público. “No nos imaginamos comiendo en un restaurante con mascarilla”, apunta. Las terrazas que abrirán en fase 1 son Cascorro bistrot y Mamua, ambas en la plaza de Cascorro; Maisha y Amanda, en Argumosa, y los restaurantes indios Sapla I y II, y Sonali, en plena calle de Lavapiés.
En fase 2 se añadirían otros 16, con nombres emblemáticos como Chinaski, O Pazo de Lugo, La Pianola, La Coqreta y Tasca Barea. Todos garantizan condiciones sanitarias seguras. Los locales se desinfectarán diariamente y se mantendrá una distancia mínima de dos metros entre mesas, sin superar las 10 personas por grupo.
En un intento de salvar la hostelería de Lavapiés, la asociación pide que los trámites de concesión de licencia para la apertura y ampliación de terrazas “no se alarguen más de 15 días”, apunta Mercedes Saracho. La Comisión de Terrazas de Hostelería y Restauración del Ayuntamiento ha resuelto reabrir las solicitudes interrumpidas por el Estado de Alarma y se compromete a agilizar las nuevas licencias de apertura, pero se estima “una duración mínima de tres meses para todo el proceso, entre diseño del proyecto y su aprobación por Movilidad y junta municipal”.
Una vez desechada la opción inicial de Declaración Responsable propuesta por los hosteleros, “las licencias no van a valer para nada, porque terminarán muy tarde”, asegura Beatriz Domínguez, socia de Madre Flaca (Olmo, 26). Además, la asociación calcula que el propietario invertirá “unos 1.200€ de media” entre los costes del propio proyecto, la colocación de tarimas para parkings... “Un gasto que agrava aún más nuestra falta de liquidez, sin que nos aseguren la concesión o que ésta llegue a tiempo”, explica Beatriz Domínguez.
Sin opciones inmediatas de sacar mesas o barra fuera, o de ampliar el aforo interior, los locales sin terraza no abrirán en todo junio. A su vez, muchos de los que tienen terraza tampoco abrirán en ninguna de las tres fases, al no resultarles rentable con un 50% de aforo, salvo que les permitan ampliar horarios y el espacio de la terraza. La asociación reclama alternativas para “muchos pequeños bares familiares sin terraza, que corren el riesgo de no volver a abrir”.
Según la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), un 30% de la hostelería ha abierto sus puertas en las zonas de fase 1, aunque la media total nacional se sitúa sólo en el 18%. 9 millones de personas ya están en situación económica de paro, entre ellos más de 1’12 millones de autónomos, según los últimos datos del Servicio Público de Empleo Estatal.
A su vez, hosteleros y comerciantes ruegan “más paciencia y tolerancia” a sus vecinos ante una posible ampliación de sus horarios y espacios. “Nos comprometemos a respetar el descanso del barrio, pero sólo así conseguiremos volver a contratar a todos nuestros trabajadores”, argumenta la asociación en una carta dirigida a sus vecinos.
Por otra parte, el 100% de los comercios de la Asociación de Comerciantes de Lavapiés abrió sus puertas el lunes 11 de mayo, dentro de la segunda versión de la fase 0 de la desescalada en Madrid. Peluquerías, tiendas de ropa, librerías y papelerías, ferreterías, mueble y decoración, regalo, juguetería erótica… 124 pequeños y medianos comercios levantaron el cierre con un 30% de aforo, dotados de un kit sanitario que garantiza la higiene frente al Covid-19. Desde el 4 de mayo todos ya atendían a sus clientes bajo el régimen de cita previa.