“Quería ver el trabajo que están haciendo los cocineros de ORPEA e intentar sumar de alguna manera. Este colectivo ha sufrido bastante en toda esta crisis y es imposible no empatizar. Ha tenido que ser duro estar al pie del cañón, cocinando para las personas mayores, cada una con sus peculiaridades, y en momentos tan críticos”, explica el cocinero.
Este maestro de los fogones que, durante la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, ha estado inmerso en el proyecto solidario World Central Kitchen preparando comidas para familias necesitadas, ya conocía el modelo de restauración de las residencias ORPEA, porque hace dos años formó parte del jurado del III Torneo de Cocina ORPEA Ibérica. Y, tras los duros momentos vividos en el confinamiento, se ha interesado por la labor que los cocineros han realizando en las residencias. “En mi participación en el III Torneo de Cocina fui testigo de la profesionalidad y motivación con la que los cocineros de ORPEA trabajaban, y quería mostrarle mi apoyo”.
Diego Guerrero destaca la excelente organización en las cocinas de estas residencias, preparadas para ofrecer una alimentación adaptada a las necesidades de unos comensales exigentes: “El equipo de cocina cuenta con planificaciones donde se especifican las peculiaridades de cada residente (intolerancias, alergias, dietas especiales…)”.
Según este chef, es un proceso parecido al que emplean los restaurantes y asegura que esta forma de organizarse favorece que se cocine con cariño. “Me gusta el mimo con el que se cocina en ORPEA. He visto cariño e ilusión, que son los ingredientes más importantes que hacen falta para cocinar, ya sea en una residencia o en un restaurante”, concreta Diego Guerrero.
El chef dos Estrellas Michelin destaca la importancia de la restauración y la labor de los cocineros: “Nuestra profesión es una herramienta muy práctica para ayudar, porque tiene unos valores muy positivos. Nuestra profesión está rodeada de cariño y generosidad, porque lo que hacemos está destinado a que alguien sea más feliz y disfrute. Esa parte más humana es lo que consigue motivarme para seguir haciendo lo que hago”.
En su visita a las cocinas ORPEA, Diego Guerrero también ha trasmitido la importancia de la naturalidad como uno de los pilares básicos de la buena cocina, porque “se trata de ser uno mismo, de ser honesto y que lo que hagas sea de verdad. Hay que guisar bien y rico, y no convertir la cocina en el algo forzado” apunta.