Los balones para la pérdida de peso simulan la sensación de saciedad al ocupar espacio en el estómago y ralentizar el paso de los alimentos. Su presencia ayuda al paciente a sentirse lleno con mayor rapidez y lo estimula a consumir porciones más pequeñas. Pero, a diferencia de los demás, el Elipse es el primero que no necesita endoscopia, cirugía o anestesia para su colocación y extracción.
Con esta técnica, el balón se introduce a través de la ingesta de una pequeña cápsula por parte del paciente. Una vez situada en el estómago, se rellena con 550 ml de solución salina a través de una sonda y siempre bajo control radiológico, para asegurar su correcta colocación.
“La mayoría no necesitan ayuda para tragar el recipiente, cuyo tamaño es aproximadamente el de una pastilla. Pero, si fuera necesario, el balón se puede insertar con la ayuda de un catéter”, aclara Teresa Lajo, endocrinóloga del hospital HLA Moncloa y responsable de esta técnica, además, “este método se coloca durante una breve visita al médico y, a continuación, se pueden reanudar las actividades diarias”.
El balón, que se degrada y se elimina a los cuatro meses de manera natural con las heces, tiene una forma elíptica que ayuda a evitar su desplazamiento en el estómago, como ocurre en algunas ocasiones con los de forma ovalada.
Con la ayuda del Balón Elipse, los pacientes pierden una media del 20 al 50% de su sobrepeso, o lo que es lo mismo, unos 10-15 kg por persona. Y está destinado principalmente a adultos de más de 18 años de edad que sufran sobrepeso u obesidad, conforme al índice de masa corporal (IMC) ≥ 27 y que no hayan conseguido bajar de peso con otros programas.
“Antes de su colocación es necesaria una valoración médica, ya que no todos los pacientes son aptos, como por ejemplo, las mujeres embarazadas, los que ya se hayan realizado alguna intervención quirúrgica barbárica o, en caso de tratamiento de alguna enfermedad grave, como cáncer”, advierte la Dra. Lajo.
Numerosos estudios, como el de la European Association for the Study of Obesity, han demostrado su eficacia en la pérdida de peso, y su éxito, entro otras cosas, se debe al soporte nutricional y endocrinológico del programa.
Por ello, el Balón Elipse debe ir acompañado de un programa de 16 semanas de alimentación y modificación del comportamiento supervisado. “De esta forma, después de su eliminación, el paciente habrá adquirido nuevos hábitos de alimentación saludables para poder mantener un peso adecuado a largo plazo” concluye la profesional del HLA Moncloa.