El mundo ha cambiado. Posiblemente, la crisis global haga que se valoren mucho más las personas, la tradición, la trazabilidad de los alimentos, la naturaleza…
Se querrá viajar, por supuesto, pero se prestará atención a los lugares cercanos, a lo local, y se buscará un motivo. En esta línea, las experiencias de Caviar de Riofrío a medida, en pequeños grupos, con la atención personalizada de quienes obran el milagro de uno de los mejores caviares del mundo, son la invitación idónea para seguir viajando y programar una escapada a ese bello rincón de la Sierra de Loja, donde, en 1963, comenzó a escribirse la historia de esta empresa española.
Cabe señalar que la actividad en torno a las truchas que llevó hasta allí, como decimos en 1963, el doctor Domezain, se convirtió en motor económico y turístico del pequeño pueblo. Se crearon restaurantes en los que la trucha era la especialidad de la casa y comenzó la llegada de turistas deseosos de disfrutar de un ocio relajado, en familia. Todo ello sigue y la cría del esturión, la elaboración del caviar y otros productos a partir de él han multiplicado el encanto del municipio.
Acompañados por el canto de los pájaros y el rumor del agua, en plena conexión con la naturaleza, Caviar de Riofrío invita a descubrir el hábitat singular en el que viven, en cautividad, estos peces de origen prehistórico. Guiados por los profesionales que cuidan de ellos, el visitante descubre que su crecimiento es lento, de hecho, el caviar se extrae de las hembras, como media, tras 18 años de crianza, y también constata que una de las claves que diferencia a este caviar de cualquier otro reside en la pureza del agua.
Y es que el fundador construyó la piscifactoría primitiva alrededor de la infraestructura de la Hidroeléctrica San José, a tan solo 300 metros del manantial. La temperatura, por tanto, es estable entre 14 y 15 grados, y la propia naturaleza se encarga de mantenerla en condiciones óptimas. En la sierra, además, no existe actividad agrícola, ganadera ni humana, y el agua, por tanto, está libre de pesticidas y fertilizantes.
Pero, hay más. A la visita se puede sumar una experiencia verdaderamente única: bañarse junto a los esturiones. De una forma segura y respetando su hábitat, acariciar a los peces supone un recuerdo imborrable.
Tras conocer el lugar en el que viven durante años y los cuidados relativos, por ejemplo, a la alimentación (ecológica, libre de antibióticos y de engorde forzado), se explica el proceso de extracción y elaboración del caviar. En el caso de Caviar de Riofrío es un producto de calidad extraordinaria, que además respeta el medio ambiente y la calidad de vida de los animales. El ciclo completo se produce en Riofrío.
Se elaboran tanto las recetas tradicionales –rusa e iraní- como la ecológica, que es la más demandada. Las catas personalizadas permiten valorar su indiscutible calidad y conocer los sutiles matices en cuanto a sabor y color. Con el objetivo de adaptarse a las necesidades del cliente, existen diversas modalidades de cata en función del nivel técnico.
Para quienes desean una experiencia gastronómica más amplia y dado que también se preparan distintos derivados del caviar y la carne de esturión, atendiendo siempre a la excelencia, la tradición y la elaboración artesanal, se puede disfrutar de un almuerzo en plena naturaleza.
Se trata de una opción en la que Caviar de Riofrío confía en reputados chefs de la talla, por ejemplo, de Diego Gallegos, conocido como 'el chef del caviar' y quien ostenta una estrella Michelin en su restaurante Sollo.
El precio de la visita a las instalaciones es desde 20 euros/persona. Los grupos son de un mínimo de cuatro personas y tiene una duración de 45 minutos. Para el resto de experiencias, consultar precios.