Según han explicado a Europa Press fuentes municipales, una vez se deje atrás la crisis sanitaria del coronavirus, el Gobierno local se ha comprometido a señalizar cada puesto, de manera que haya un control del lugar que ocupa cada uno de forma ordenada e "impulsará y promocionará el Rastro como actividad cultural".
Aún quedan por definir otros aspectos, como el número de puestos, su distribución por las distintas calles y el aforo. Así, las mismas fuentes han señalado que la Junta Municipal de Centro convocará una nueva reunión cuando "haya realizado la distribución de los puestos y disponga del informe de la Policía en torno al aforo".
Ya el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, consideraba por la mañana que veía "probabilidades serias" de alcanzar un acuerdo con los comerciantes del Rastro, un encuentro de trabajo que se produce después de que el pasado viernes la Comunidad definiera la propuesta de apertura de los vendedores como una "opción razonable".
Esta propuesta pasa por la instalación del 50 por ciento de los puestos, turnándose los domingos, y en las ubicaciones habituales, aunque con ajustes para adaptarse a la situación marcada por el coronavirus.
El acuerdo llega después de que la semana pasada los tres grupos de la oposición, Más Madrid, PSOE y Vox, tumbaran en el Pleno de Centro la propuesta del Gobierno de PP y Cs de reubicar el Rastro, algo que los comerciantes entendían como que habían "ganado una batalla aunque no la guerra", razón por la que volvieron a convocar una concentración este domingo.
A pesar de este inicio de acuerdo, los comerciantes del Rastro volverán a manifestarse este miércoles por las dudas sobre el perimetraje del mercadillo y sobre quién controlará el aforo, interrogantes a los que en la reunión de ayer no consiguieron dar respuesta. La concentración tendrá lugar este miércoles, 16 de septiembre, en Callao, a las 19.00 horas.
Y es que los vendedores no tienen claro "si sólo van a controlar los visitantes en las zonas de puestos o si va a ser en todo el Rastro. En teoría, parece ser que la Comunidad ha dado el visto bueno a que los edificios puedan servir de límite pero parece que la concejalía no está por la labor, que prefieren tener los puestos delimitados, esta vez no con vallas sino con cintas balizadoras, y dejar libres las calles para visitantes y tiendas", ha expuesto.
Otra de las dudas que tienen los comerciantes es "quién va a encargarse del control del aforo". Rául Valera, experto en seguridad contratado por los comerciantes del Rastro, ha apostillado que en el informe que registraron el pasado 7 de septiembre dejan claro que la toma de temperatura, por ejemplo, "no compete a los vendedores, cuya única función es la de vender".