‘Madrid Isla de Color’ es "una apuesta integral para transformar y modernizar el espacio urbano de la ciudad a través de la renaturalización. Ni desiertos de hormigón, ni solares degradados, ni espacios abandonados entre bloques, vamos a hacer de Madrid una isla de color a través de una revolución en el espacio público", ha anunciado Fuentes.
Se trata de una estrategia completa, a escala global y a escala de barrios que va a cambiar la fisionomía de la ciudad. Una política que huye del corto plazo, que mira al futuro, a las nuevas generaciones, y que, además, ha sido ratificada por los Acuerdos de la Villa.
Algunas de las acciones de ‘Madrid Isla de Color’ ya están en marcha, pues abarca actuaciones tan importantes como el Bosque, la renaturalización de los espacios públicos que hoy están degradados, abandonados o mal cuidados y el proyecto de Barrios Productores.
Es la gran infraestructura verde que rodeará Madrid, un cinturón forestal de 75 kilómetros con especies autóctonas, que contribuirán a la restauración ecológica de zonas degradadas y a la mejora ambiental y puesta en valor del entorno de los nuevos desarrollos urbanísticos y del conjunto de la ciudad.
El kilómetro cero del bosque se encuentra en el cerro Almodóvar, donde ya han comenzado las tareas de acondicionamiento. También se están preparando parcelas para comenzar la plantación y se ha lanzado el concurso de ideas para encontrar las mejores soluciones ambientales y paisajísticas para cada uno de los cinco ámbitos en los que se ha dividido el proyecto: entre montes naturales, uniendo parques urbanos, el anillo verde del sureste, los parques fluviales del sur y el anillo metropolitano.
La renaturalización es una estrategia clave para afrontar los retos ambientales de la ciudad. Esta actuación se concreta en el ámbito local a través del proyecto Barrios Productores, con el que se pretende actuar sobre espacios de oportunidad presentes en todos los barrios: áreas libres entre bloques o espacios interbloque, solares desocupados, cubiertas, subterráneos en desuso, incluso locales comerciales vacantes.
Con esta renaturalización se crearán nuevas zonas públicas urbanas, ahora inexistentes, para favorecer el emprendimiento local en sectores como agricultura y jardinería, nutrición, salud o alimentación. El objetivo es mejorar la calidad de vida del barrio y contribuir a la innovación y a la economía local.
Todas estas acciones se alinean con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las Agendas Urbanas.
A Madrid se la define a menudo como una isla de calor, un espacio afectado por el cambio climático, desequilibrado territorialmente y que agota sus suelos mediante el uso no sostenible. El Área de Desarrollo Urbano ha decidido darle la vuelta a esa concepción y tratar de mitigar esas características gracias a una infraestructura verde multifuncional.
Aunque la capital de España está bien posicionada en cuanto a zonas verdes, lo cierto es que estos espacios no funcionan como un sistema interconectado que aproveche los beneficios que genera un ecosistema unido.
Los espacios de mayor valor ambiental se sitúan en el noroeste del municipio y están dotados de continuidad (monte del Pardo, río Manzanares y Casa de Campo). Mientras, el sur y el este del municipio presentan una menor dotación de espacios verdes y están más fragmentados, con barreras de diferente tipo que impiden la interconexión. Por eso, las acciones de renaturalización se centrarán ahí, para actuar como regulador térmico y frenar el efecto isla de calor.
Los objetivos de ‘Madrid Isla de Color’ pasan por adecuar el modelo urbano de Madrid a los valores actuales en materia de ordenación territorial, desarrollo urbano y sostenibilidad, contribuir al reequilibrio, impulsar los aspectos que tengan mayor incidencia en la calidad de vida y la habitabilidad y establecer criterios para la aplicación de buenas prácticas en los edificios, dotaciones y servicios municipales.