La escritora Carmen Posadas vuelve para presentar una nueva novela, La leyenda de la Peregrina, en la que narra la historia y aventura de una joya muy famosa, posiblemente "la perla más famosa de todos los tiempos", según la propia autora. Un relato que recorre las aventuras y los distintos dueños que ha tenido la peregrina.
Hallada en el siglo XVI por un esclavo en las aguas de Panamá, la perla pronto viajó hasta España. Más tarde, recorrió varios países de Europa hasta llegar a Estados Unidos. La última dueña que se conoce de esta joya era la actriz Elizabeth Taylor.
"¿Qué cambiaría de la Historia, qué otras perspectivas conoceríamo, si un objeto como la Peregrina hablara?", se pregunta durante la entrevista Carmen Posadas, que dedica su última novela a la perla más famosa de todos los tiempos, en paradero desconocido desde la muerte de Elizabeth Taylor, cuando fue adquirida por 11,8 millones de dólares por un comprador anónimo.
La autora explica que llega a la idea de escribir esta novela a partir de dos hitos diferentes. Por una parte, la relectura del de El escarabajo, de Mújica Láinez, y, al tiempo, el recuerdo de una sortija de su madre, que hacía tiempo que no veían y cuya piedra había sido, previamente, parte de un collar y de broche de miembros diferentes de su familia. Dos anécdotas que rondaban por la cabeza de Posadas cuando volvió a toparse de nuevo con la Peregrina a través de los cuadros del Museo del Prado.
La leyenda de la Peregrina (Planeta) es el título del libro que cuenta la historia de esta joya, encontrada en 1579 en Panamá, en cuyas pesquerías los esclavos eran obligados a continuas inmersiones, "en las que morían como chinches mientras pescaban perlas. Y, si encontraban una pieza excepcional, podían recuperar su libertad, explica Posadas.
Eso ocurrió con la Peregrina, una de las joyas más documentadas históricamente, según cuenta la escritora, pues su hallazgo consta en los registros de la época, así como su llegada a la Corte como regalo para Felipe II.
A partir de entonces, ha aparecido en numerosos cuadros donde reinas como Isabel de Valois, Ana de Austria, Margarita de Austria, Isabel de Borbón, Mariana de Austria, Maria Luisa de Orleáns, Luisa Gabriela de Saboya, Isabel de Farnesio, Bárbara de Braganza o Maria Luisa de Parma posaron con la perla. Y también ha sido citada, además de en libros de Historia, en las 'Memorias de Saint-Simon'; en 'Viaje por España', de la Condesa D'Aulnoy, e incluso Alejandro Dumas habló de ella.
La codiciada joya permaneció en España hasta 1813, cuando formó parte del "expolio" de José Bonaparte a su salida del país: obras de arte y joyas se acumularon en "carretas y carretas", que se sucedían en una fila de 20 kilómetros. Entre ellas, La Peregrina, que ya en Francia fue regalada a Napoleón III, indica la autora.
Muchos años después, en 1914, Alfonso XIII se interesó en comprarla para regalársela a la reina Victoria Eugenia. "Alfonso XIII tenía la costumbre de regalar a su mujer una joya cada vez que cometía una infidelidad y no sé qué pecado inconfesable habría cometido entonces, que decidió que le iba a regalar la Peregrina. Pero, como salía muy cara, le compró otra parecida, aunque no se lo dijo", explica Carmen Posadas.
Así es como llegó a la Corona la que se conoce como 'falsa Peregrina'. Fue cuando la verdadera salió a subasta en Nueva York, cuando Victoria Eugenia se enteró de "la milonga", dice Posadas, que relata en el libro cómo intentó comprar la verdadera y para ello envió a su "nieto preferido", Alfonso de Borbón Dampierre, a pujar por ella.
Pero, quien se hizo en la subasta con la preciada joya fue Richard Burton y Elizabeth Taylor se convirtió en la propietaria de La Peregrina. Con ella apareció en películas como Ana de los mil días, encarnando a Ana Bolena.
La 'otra', de menor valor por estar perforada, pasó de la reina Victoria Eugenia a Doña Mercedes, a Doña Sofía y, ahora, a Doña Letizia, que la ha lucido en varias ocasiones, indica la autora.
Además, hay una tercera perla, La Pelegrina: con un origen similar al de La Peregrina, en Panamá, también fue para Felipe II y terminó en la corte del Rey Sol. Con la revolucion francesa desapareció y reapareció mucho después, en Rusia. Su dueña era la madre del asesino de Rasputín.
Para contar todos estos episodios y dar vida a tantos personajes históricos, Posadas ha trabajado con una gran cantidad de libros de Historia, correspondencia, testimonios y crónicas de "cotilleos", con la intención de reflejar las costumbres, cuidando además el lenguaje de cada siglo. "He querido contar la historia desde el punto de vista de cómo vivia la gente de cada época, reconstruir la parte humana, no las batallas".
Una historia que no ha acabado, porque la escritora sigue investigando el paradero de la Peregrina, que durante siglos sobrevivió a guerras, incendios, traiciones y venganzas y que, desde 2011, está escondida. "Lo único que he conseguido averiguar es que la tiene alguien de un país árabe y estoy siguiendo la pista de un tema que sería muy literario", aventura.