Alberto Reguera es un artista español que, desde hace más de tres décadas, viene realizando proyectos expositivos que, partiendo de la pintura, investigan la relación entre el espacio, la materia pictórica y la profundidad visual que trasmite al espectador. Ha realizado, y sigue realizando, exposiciones individuales y colectivas en diferentes museos y galerías de arte de todo el mundo.
En esta ocasión, es en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Ahora se presenta una serie de 10 pinturas suyas cuyo punto de partida es la obra de la colección permanente Claro de luna con un camino bordeando un canal, del pintor holandés Aert van der Neer (Ámsterdam, 1603-1677). Las obras han sido realizadas expresamente para esta exposición y viajarán posteriormente a Hong Kong, donde se presentarán en el University Museum and Art Gallery, en otoño de 2021.
La muestra está instalada en el balcón-mirador de la primera planta, con acceso gratuito y cuenta con la colaboración de Madrid Art Gestión de Arte. Una de las características distintivas de la pintura holandesa de paisaje del siglo XVII es el protagonismo del cielo y las nubes, con sus infinitas variaciones. Esta es también una obsesión constante en la obra de Alberto Reguera. En sus paisajes abstractos, los pigmentos flotantes aportan levedad a la materia pictórica y sugieren sutiles estados atmosféricos y efectos luminosos.
Aert van der Neer fue el gran especialista de su tiempo en escenas nocturnas, habitualmente a la luz de la luna. La noche iluminada y el crepúsculo han inspirado a Reguera a lo largo de toda su carrera.
El pintor segoviano explora los efectos de la luz que se filtra desde las capas subyacentes de la pintura y aflora hasta la superficie del lienzo, produciendo un efecto de deslumbramiento. “Esta muestra presenta imaginadas variaciones pictóricas del cielo, concebido como un espacio de profundidad visual lleno de contrastes. A veces leves y equilibrados, entre sombra y claridad. A veces intencionadamente pronunciados con el objetivo de plasmar un ambiente crepuscular y deslumbrante a la vez. A ello me ayuda la utilización de distintos pigmentos que desprenden luminosidad”, señala el pintor en el catálogo de la exposición.
El artista segoviano dimensiona sus pinturas en la exposición a partir de las proporciones de la tabla de Aert van der Neer, aumentando el grosor de los bastidores para recordar la presencia del marco que contiene el cuadro del holandés. Todo esto responde al énfasis de Reguera en la pintura como objeto tridimensional, dotado de volumen, que el espectador puede observar desde distintos puntos de vista.
Alberto Reguera vive entre Madrid y París. En 2003 participa en la exposición exhibit-E, en Washington D.C. En 2012 realiza una instalación en la Place du Louvre, en París, y en 2016 tiene lugar su primera retrospectiva en España, en el Museo Esteban Vicente de Segovia. A partir de 2007, empieza a exponer en Asia, con muestras en Singapur, Seúl, Shanghái y Hong Kong. En 2019 es seleccionado para la VIII Bienal Internacional de Arte de Pekín y, en 2020, presenta una exposición en la Delegación de la Unión Europea en China.
Sus obras están presentes en la colección CEIBS de Shanghái; el Museu Fundación Juan March, Palma; la OCDE de París; el Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid; la colección Mark Moyens (Washington D.C.) o las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional, donde, en 2015, formaron parte de la exposición Arte contemporáneo en el Palacio. Pintura y Escultura en las Colecciones Reales, celebrada en el Palacio Real de Madrid.
El pintor holandés al que rinde homenaje Reguera fue cabeza de una familia de artistas, a la que también pertenecen sus hijos Eglon y Jan van der Neer. Especializado en la pintura de paisaje, pasó parte de su juventud sirviendo a los señores de Arkel, cerca de Dordrecht. Su dedicación a la pintura llegó tras conocer a los hermanos Rafael y Jochem Govertsz. Sin embargo, sus primeras obras. sobre todo pintura de género, se acercan al estilo de Pieter Quast.
Los primeros paisajes tienen evidentes influencias de los pintores de la escuela de Frankenthal, de donde procede el sentimiento flamenco de los paisajes de Neer. Esta tendencia es apreciable en la colocación de figuras aisladas, ríos helados y la costumbre de cerrar con árboles los laterales de sus composiciones, las cuales siempre tienen como última fuente las obras de este tipo de Pieter Bruegel el Viejo. Aun así, lo escueto de sus tonos tiene relación con los paisajes de la escuela de Haarlem.
La fase más personal de su carrera se sitúa en la década de 1640, cuando realiza obras con características propias, a través de representaciones de paisajes imaginados, en la mayoría de los casos atravesados por ríos con ciudades al fondo, elementos que rompen la monotonía de la vista. Su habilidad en la captación de la luz es quizá su principal aportación al paisaje holandés de siglo XVII.
Charla-coloquio entre Alberto Reguera y Guillermo Solana. Miércoles, 24 de marzo, a las 17.30h. Entrada libre, hasta completar el aforo.
'Performance': el artista colocará una de sus obras en un lienzo de grandes dimensiones para expandir la pintura, en directo, a la vista del público. Miércoles, 28 de abril, a las 16.30h, en el jardín del museo. Entrada libre, hasta completar aforo.
Museo Thyssen-Bornemisza
Dirección: Paseo del Prado, 8. 28014, Madrid.
lunes, de 12 a 16 horas; de martes a domingos, de 10 a 19 horas.
Entrada libre