Este sistema sustituye la tradicional pila por un dispensador automático de agua bendita para evitar que los fieles entren en contacto con ninguna superficie susceptible de contaminarse con el virus.
(Foto: AquaSanctus).
Ideado por la empresa española AquaSanctus, se ha estrenado en las iglesias de Nuestra Señora de la Paz y San Antonio de La Navata
Redaccion | Miércoles 10 de marzo de 2021
Una empresa valenciana ha desarrollado e instalado dispensadores de agua bendita para evitar el riesgo de contagio por coronavirus, permitiendo que los fieles puedan persignarse al entrar a los templos religiosos.
El sistema, que ya estaba disponible en varias parroquias de Valencia, al igual que en otros puntos de peregrinación y encuentros religiosos muy frecuentados como Fátima y Lourdes, ya ha llegado a la región de Madrid, según anunciaba la compañía AquaSanctus en un comunicado. En concreto, a la iglesia Nuestra Señora de la Paz, en Madrid, y la parroquia de San Antonio, en el municipio de Galapagar, que se suman a instalar los dispensadores de agua bendita.
El objetivo de esta iniciativa es devolver a los fieles la posibilidad de persignarse a la entrada al templo, una tradición que la irrupción del coronavirus había desterrado de las iglesias por las recomendaciones higiénico-sanitarias para evitar contagios.
La empresa española AquaSanctus ha conseguido sortear el problema que para las parroquias y sus fieles supone, en tiempos de coronavirus, la tradición de persignarse con el agua bendita de la pila situada a la entrada de los templos. Gracias a un dispensador automático, cada fiel recibe directamente en sus manos el agua bendita necesaria para santiguarse sin necesidad de que su piel entre en contacto con ninguna superficie, minimizando así el riesgo de contagio.
Las recomendaciones higiénicas para evitar el contagio por COVID-19 convirtieron en imposibles multitud de actos cotidianos y, uno de ellos, fue la persignación de los fieles a la entrada de las parroquias tomando agua bendita de una pila común. La Conferencia Episcopal indicó a los párrocos que retiraran esta pila de la entrada de las iglesias.
Por ello, un grupo de emprendedores españoles decidió buscar una solución para que los fieles de las parroquias pudieran seguir recibiendo este sacramental con toda la seguridad posible. Así surgió este dispensador de agua bendita, que funciona con un pedal situado en su parte inferior que cada persona puede activar para recibir directamente en sus manos la cantidad necesaria de agua bendita, convirtiéndose en la única solución para que las parroquias sigan ofreciendo agua bendita en época de pandemia.
Un sencillo mecanismo, que ya se ha instalado en lugares emblemáticos como la del Santuario de Nuestra Señora del Rosario la Virgen de Fátima, en Portugal, y en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, en Francia. En España, el invento ha conquistado a la Catedral de Valencia y a la Basílica de la Virgen de los Desamparados, en la misma ciudad, además de localidades de otras provincias como Toledo, Cuenca, Alicante o Castellón. Ahora, este invento llega a la Comunidad de Madrid a través de las parroquias de Nuestra Señora de la Paz y San Antonio, en Galapagar.
Con estos dispensadores de agua bendita se pretende solucionar el grave problema que tiene la Iglesia a nivel mundial al no poder dispensar a sus fieles el agua bendita, un sacramental muy arraigado ya que recuerda al bautismo y a las promesas que en él se hicieron.
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