Los colectivos ciudadanos que dan vida a la Casa Chamberí han pedido a la Junta Municipal y al área de Coordinación Territorial la renovación por otros cuatro años más de la cesión del espacio, que expira la próxima semana. Y todo para continuar desarrollando las cientos de actividades gratuitas puestas en marcha, por las que han pasado miles de participantes.
En un manifiesto por "la continuidad de este espacio vecinal, de encuentro, cultura y solidaridad", nacido en marzo de 2017, ruegan al Ayuntamiento que la cesión se amplíe por otros cuatro años más, una posibilidad de prórroga recogida en el acuerdo firmado con el anterior Gobierno municipal.
El local de Bravo Murillo, 39 fue cedido por el Estado al Ayuntamiento de Madrid, "con destino a centro de participación asociativa del distrito de Chamberí, promoción cultural y educativa", uso que ha tenido en estos cuatro años pasados y que, remarca el manifiesto, "debe seguir teniendo, porque es una dotación muy necesaria para la participación".
La Casa de Cultura reúne a 22 asociaciones y colectivos muy diversos de Chamberí, desde AMPAs a iniciativas feministas, una despensa solidaria que sostiene a un centenar de familias, grupos de consumo ecológico, scouts, un club de ajedrez o asociaciones vecinales. En esta primera etapa, ha colaborado con programas municipales de Servicios Sociales, salud y cultura, además de con entidades del distrito.
La Junta Municipal de Chamberí, presidida por Javier Ramírez (PP), no renovará la cesión del espacio ciudadano Casa Chamberí, porque están estudiando "distintas alternativas para el destino del inmueble".
"El concejal ha decidido la no renovación aunque no saben para qué lo usarán", lamentaban desde Casa Chamberí, unido a que se haya optado por echar el cierre, "sin evaluar las 2.600 actividades ni la existencia de una despensa solidaria".
Más de 19.600 firmas reunidas en la plataforma de peticiones Change.org reclaman al Ayuntamiento de Madrid que se quede la Casa de la Cultura de Chamberí, sede de la despensa solidaria.
En la plataforma, representantes de la Despensa Solidaria de Chamberí explican que son una asociación de familias del distrito, sin ánimo de lucro, que trabajan de forma horizontal e igualitaria para dar respuesta a las necesidades alimentarias, incrementadas a raíz de la pandemia.
Su sede está en Bravo Murillo, 39, en la Casa de la Cultura de Chamberí, de la que forman parte. "Con esta despensa, llevamos ayudando a las familias de Chamberí ya seis años. Lo llevamos familias trabajadoras del barrio que queremos cubrir estas necesidades y sólo queremos que nos sigan dejar haciéndolo", exponen.
Recuerdan que los "Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid han derivado a la Despensa Solidaria decenas de familias durante el confinamiento, ante la imposibilidad de dar respuesta institucional a las necesidades de las familias".
"Pero nos encontramos que en el mes de marzo termina el plazo de concesión del local de Bravo Murillo, 39, de Casa de la Cultura, y nos echan. Es el local donde nos reunimos en asamblea y que sirve de depósito, confección de lotes y recogida de alimentos. Pedimos una prórroga del contrato al Ayuntamiento, pero nos la han denegado", han descrito la situación.
Si se quedaran sin este local, "muchísima gente va a tener dificultades para seguir comiendo, porque se da respuesta a las necesidades alimentarias de más de cien familias del barrio".
PRIMERO FUE EL EVA
El Espacio Vecinal de Arganzuela (EVA), otro espacio cedido por el Ayuntamiento en la legislatura pasada, esta vez en el antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi, fue el primero que reclamó al Ayuntamiento su contunuidad al expirar la cesión.
El Consistorio de PP y Cs rechazó prorrogar la cesión, excusando que ahí iba a ponerse en marcha una base del Samur, con independencia de que los colectivos ciudadanos aseguraran que tenían cabida todas las actividades, porque había espacio de sobra.