Inspirada en hechos como el de la princesa Latifa y su hermana Shamsa, hijas del emir de Dubái, y en los viajes que la familia real saudí realizaba a Marbella, la escritora Clara Sánchez (Guadalajara, 1955) habla en su nueva novela de la "clamorosa" falta de libertad de "esas mujeres que, por muy ricas que sean, no pueden decidir".
Infierno en el paraíso, editado por Planeta, es el título de su nueva novela, una de las autoras más respetadas del panorama literario español. Sus novelas han sido reconocidas con el Premio Alfaguara (Últimas noticias del Paraíso), Nadal (Lo que esconde tu nombre) y el Premio Planeta (El cielo ha vuelto), además de haber seducido a millones de lectores en todo el mundo. Con Infierno en el paraíso, la autora desarrolla una apasionante intriga alrededor de un mundo en el que imperan el lujo y la falta de libertad. Los lectores se adentrarán en el fastuoso y fascinante círculo de la realeza saudí en Marbella, una vida al alcance de muy pocos, pero que también conlleva una oscura realidad.
Sus novelas suelen contener intriga porque, según explica durante la entrevista, "la vida me resulta muy intrigante y este suspense lo traslado a mis historias", como hizo en dos de sus anteriores libros, en los que hablaba de una trama de nazis ocultos en la costa del Levante español.
Ahora traslada la trama a Marbella, recordando los viajes que la familia real saudí, con su cuantioso séquito, realizaba a su palacio y cómo el sector turístico de la localidad malagueña esperaba esas estancias.
Sánchez advirtió que las visitas de los jeques y la familia real Saudí a España convertían a Marbella en un espacio surrealista, donde "se mezclaba lo cotidiano y el derroche, los bikinis y el velo". Le llamó la atención esa mezcla de lo normal con el éxito; del lujo con el poder, y, sobre todo, "cómo esa ciudad europea los esperaba frotándose las manos para poder sobrevivir, porque con ellos llegaba una cohorte de personal variado".
Pero, lo que más atrajo su curiosidad fueron las mujeres que los acompañaban, vestidas de Gucci y Dior, pero siempre tapadas y en segundo plano. Se preguntó quiénes eran, quiso saber más de ellas y de cómo vivían, y descubrió que no eran tan felices como muchos creían y que el fasto de su alrededor podía ser una cárcel de oro. "Estas mujeres son auténticas supervivientes. Tienen que salir adelante en un mundo sin derechos", afirma la escritora.
Un mundo exótico, de opulencia, "aparentemente fascinante, de las mil y una noches, pero con un fondo oculto", que llegaba a un sitio de playa, diversión y veraneo, explica la escritora, que destaca los contrastes entre ambos mundos.
La trama comienza con Sonia, una joven que comienza a trabajar como camarera en uno de los hoteles más elitistas de Marbella, a donde acude la familia real saudí. Gracias a sus estudios de árabe, se convierte en la camarera personal de las princesas saudíes. Amina, la joven segunda esposa del anciano rey Fadel convence a Sonia para que dé clases de español en el palacio real, donde pronto se verá atrapada por una "tela de araña" y "se ve implicada en la desaparición de la princesa". Una princesa menor de edad, de 17 años, a la que el contacto con una joven como Sonia "hace que se despierte en ella cierta rebeldía y ganas de conocer más cosas", explica la autora.
A través de esta intriga, Clara Sánchez quería poner de manifiesto la "clamorosa falta de libertad" de estas mujeres, esas princesas rodeadas de lujo, "que por muy ricas que sean y preparadas que estén, no pueden decidir". Para ello, investigó historias similares a la que recientemente se ha conocido de las hijas del emir de Dubái, explica.
La princesa Latifa, hija del emir de Dubái que supuestamente está como rehén en su país, pidió el pasado mes de febrero a la policía británica que reabriera el caso del secuestro de una hermana suya hace más de 20 años en Inglaterra, según la BBC.
En varios vídeos, Latifa Al Maktoum, de 35 años, denunció, según la cadena británica, que está detenida en una villa en su país, del que intentó escapar sin éxito en 2018, y también confesó temer por su vida. Y pidió a la policía que volviera a investigar el caso de la princesa Shamsa, capturada por órdenes de su padre hace más de veinte años, cuando tenía 18 años y desaparecida en Inglaterra, donde vivía.
Antes de estos casos, la escritora indagó en otras mujeres que habían intentado "escapar de sus jaulas de oro: algunas lo consiguieron, otras no", explica.
Sánchez ha querido que su relato sea una suerte de 'fábula' para acercar esos casos a los lectores y poner de manifiesto la poca presión internacional que hay cuando temas como éste salen a la luz: "motivos fundamentalmente económicos que deben de resultar más importantes que el que no se vulneren derechos fundamentales de las mujeres", denuncia, aunque aclara que tanto los personajes como las situaciones de la novela son ficción.
Destaca el poder de la literatura para llegar ahí donde no pueden entrar otros: "la literatura se mete en sitios que están vedados y pone el foco para sacar en primer plano cosas que de otra forma no se ven", explica.
Infierno en el paraíso habla de que "en realidad, la verdadera libertad, llevemos velo o no, es ser conscientes de nuestra capacidad para poder decidir", concluye la escritora.