De esta manera, se ahonda en la difusión del legado de Metro entre los madrileños, poniendo en valor la historia del suburbano a través de una nueva oferta que complementa la existente en los espacios museísticos.
Todo ello permitirá al visitante conocer "mejor, y de forma autónoma, los orígenes y singularidades de estos espacios únicos".
Las visitas se realizan con todas las medidas de seguridad frente a la COVID19 y por ello, siempre cuentan con aforo limitado y con cita previa, que se puede reservar a través de la web en este enlace.
La Nave de Motores fue construida entre 1922 y 1924. Actualmente conserva su aspecto original y en este espacio están ubicados tres enormes motores diésel y el resto de la maquinaria (alternadores, transformadores) que en su momento sirvieron para generar y transformar la energía con la que funcionaban los trenes.
El edificio destaca por "la claridad de su concepción, la atención al detalle y la buena ejecución" que caracterizan todo el trabajo de uno de los "grandes artífices" de la imagen de la ciudad de la primera mitad del siglo XX, Antonio Palacios.
Por otro lado, la antigua estación de Chamberí, conocida como la Estación Fantasma, permite al visitante volver al Madrid de los años 50 y 60. Pertenece a la primera Línea de Metro, inaugurada en Madrid en 1919, que contaba con ocho estaciones.
A principios de los 60, la Compañía Metropolitana decidió aumentar la longitud de los trenes y ante la imposibilidad de alargar este espacio, la clausuró. El cierre definitivo tuvo lugar el 22 de mayo de 1966. El diseño es también de Antonio Palacios, quién eligió para su interior un recubrimiento cerámico con juegos ornamentales.
La bóveda de la estación va recubierta de azulejo blanco biselado y sus estribos estaban decorados por grandes recuadros de azulejos sevillanos que limitan el contorno de los carteles anunciadores, también de cerámica, en encintado ocre y azul.
Estos carteles publicitarios son uno de los grandes atractivos de este espacio, ya que se conservan prácticamente tal y como fueron creados en la década de los 20. El antiguo vestíbulo de Pacífico también ha sido rehabilitado y conserva el mismo aspecto en el que se encontraba en el año 1923, momento en el que se inauguró la estación, hasta su cierre definitivo en 1966.
La decoración del espacio ha sido restaurada conservando todos y cada uno de los elementos arquitectónicos originales que el arquitecto Antonio Palacios dispuso para su diseño.