El esófago de Barrett es una enfermedad del esófago causada habitualmente por el reflujo gastroesofágico, en la que la mucosa de revestimiento interno normal se cambia por otra más gruesa y resistente al ácido gástrico, pero enferma, lo que se relaciona con la aparición de un mayor número de cánceres en el esófago mas cercano al estómago.
De hecho, este tipo de cánceres son los que más están aumentando en el mundo occidental. Los controles regulares realizados con el equipamiento adecuado y con la toma de biopsias en la zona enferma permiten comprobar si en algún lugar del esófago de Barrett existen células precancerosas -displasia-. Una vez descubiertas, el objetivo es tratarlas para prevenir el desarrollo del cáncer de esófago.
Una vez localizadas las zonas más enfermas (con displasia), se extirpan mediante una técnica endoscópica conocida como mucosectomía (REM). Incluso si la lesión es de mayor tamaño o gravedad puede extirparse completamente mediante una variante de tratamiento endoscópico más agresivo conocida como DSE (Disección Submucosa).
El sistema HALO (tratamiento endoscópico mediante radiofrecuencia) se utiliza para tratar el resto del esófago enfermo -no susceptible de tratamiento mediante REM o DSE- o para aquellos casos en los que no se detecta ningún foco concreto de células enfermas que se puedan extirpar.
Por vía endoscópica, sin cirugía ni ingreso, aplicando de forma constante una energía calorífica a la mucosa, alcanzando la capa en la que residen las células madre del esófago sin dañarlas (se profundiza menos de 1 mm.), se elimina el esófago de Barrett. Este tratamiento evita muchos de los efectos secundarios de otras técnicas de ablación como la aparición de estrecheces, al no afectar las capas más profundas.
Por lo que se refiere a los resultados, señala el Dr. Sarbelio Rodríguez, Jefe de Servicio de Medicina del Aparato Digestivo del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, al quedar intactas las células madre de la mucosa del esófago toda la zona enferma se cura al completo, volviendo a aparecer mucosa del esófago completamente normal en más del 93% de los pacientes. En el resto de los casos, y tras un segundo tratamiento con un catéter más sencillo, se ha comprobado que más de dos años después de ser aplicado no han reaparecido ningún tipo de células precancerosas en la mucosa tratada.
Además, esta técnica se está demostrando muy eficaz para el tratamiento de otras enfermedades de la mucosa del aparato digestivo, en las que es preciso destruir una capa para conseguir la reaparición de un nuevo epitelio sano, como son la ectasia vascular gástrica o la proctitis por radiación, especialmente cuando otros tratamientos han fracasado. Igualmente está comenzando a ser un tratamiento eficaz para las estenosis de los conductos biliares de origen maligno, consiguiendo liberar al hígado de la obstrucción que estas enfermedades producen.
“En conclusión, -afirma el Dr. Rodríguez-, la radiofrecuencia ofrece un tratamiento altamente eficaz y muy seguro del esófago de Barrett, que se realiza de forma ambulatoria, evitándose la progresión de esta enfermedad al cáncer de esófago una vez que existen células precancerosas (displasia).”