En el pleno de Cibeles de este miércoles, PP, Ciudadanos, PSOE y Más Madrid han votado a favor de una proposición de este último grupo enmendada por los socialistas, para que el Consistorio abandone su plan de construcción de los citados parking. Vox se ha abstenido.
De los aparcamientos mencionados, los dos primeros están en funcionamiento y el tercero se inaugurará próximamente. Almeida ha reconocido que "en ciertos lugares, se pueden generar ciertos inconvenientes y problemas para los vecinos", cuando "la prioridad de este equipo de Gobierno es garantizar la calidad de vida en Madrid".
También ha reconocido que "en este momento, no se están cumpliendo las previsiones que se hicieron en los estudios de movilidad durante la pasada legislatura y que justificaban este programa de estacionamientos disuasorios".
"Es prudente, razonable y de sentido común suspenderlo temporalmente, evaluar efectos y consecuencias, además de garantizar a los vecinos que la ejecución no les va a generar inquitudes, molestias o incomodidades".
Mientras, el Ayuntamiento seguirá avanzando "en otras vías", con aparcamientos "que no se ejecutan, por el momento, con plazas en centros comerciales". "Así garantizamos la existencia de plazas disuasorias y, al mismo, que no se generen incomodidades a los vecinos", ha reiterado.
Se trata de la implantación de plazas de aparcamiento en infraestructuras construidas, como es el caso del nuevo intermodal que se situará en el centro comercial más grande de Madrid, Islazul, en Carabanchel, que contará con una línea lanzadera de la EMT hasta el intercambiador de Plaza Elíptica.
Desde el Gobierno municipal han indicado que Fuente de la Mora y Pitis, aparcamientos cuyo estudio realizó el anterior Gobierno, de Ahora Madrid, "no han cumplido las expectativas hasta el momento, ya que su uso es aún muy bajo". Los análisis realizados auguraban que Pitis podría ser ocupada por 800 vehículos diariamente; Fuente de la Mora, por 600, y Aviación Española, por 750.
Respecto a los aparcamientos Villaverde Bajo-Cruce y Tres Olivos, cuyos proyectos para su construcción se licitaron en marzo y mayo, respectivamente, se desiste del proceso.
Desde el área apuntan que, durante los próximos meses, se evaluará la eficacia de los tres aparcamientos intermodales para continuar con el plan o rediseñar uno nuevo.
Los aparcamientos intermodales que faltan por construirse son: Villaverde Bajo-Cruce, Tres Olivos, Canillejas, Aravaca, Barajas, Puerta de Arganda, Paco de Lucía, Valdebebas y Mar de Cristal.
Tras conocer la ratificación de esta decisión del pleno municipal, las plataformas vecinales que se han puesto en marcha en estos meses para paralizar los macroparking y las asociaciones vecinales de los barrios afectados han celebrado la noticia.
La FRAVM felicita a estos colectivos por esta nueva victoria ciudadana, que demuestra la importancia de la unidad vecinal y la perseverancia. Detrás se encuentran recogidas de firmas, asambleas vecinales, manifestaciones, concentraciones, jornadas informativas y un largo etcétera de acciones de presión y sensibilización. La última tuvo lugar el pasado sábado, cuando varios cientos de personas, a pesar de la canícula, se manifestaron a mediodía en el barrio de Tres Olivos contra el proyecto de aparcamiento disuasorio.
Antes, el 9 de julio, una treintena de asociaciones vecinales, AMPAs, colectivos de mujeres, culturales y de solidaridad, junto a la FRAVM, presentaron en la Oficina del Parlamento Europeo en España una petición para que esta institución intervenga y facilite la paralización de ocho proyectos de aparcamientos disuasorios del Ayuntamiento de Madrid, los de Tres Olivos, Mar de Cristal y Aravaca, entre ellos.
Se trata de actuaciones que el Consistorio había concebido para descongestionar el tráfico rodado en el centro de la capital y cumplir así con el “compromiso municipal sobre los valores límite de dióxido de nitrógeno establecidos en la Directiva 2008/50/CE”.
Sin embargo, según los colectivos que presentaron el ruego, el plan no hacía más que trasladar el problema de una parte a otra de la ciudad, reubicando la contaminación. “En realidad es contrario a los objetivos que dice perseguir, pues incide en políticas que aumentan la contaminación del aire y promueve una movilidad no sostenible”, puede leerse en la petición registrada en el Parlamento Europeo.
Desde la FRAVM aseguran que no se oponen "a la construcción, en determinados momentos y lugares, de aparcamientos disuasorios como medida para alejar la contaminación de núcleos residenciales", pero estos "deberían ubicarse en los municipios de salida de vehículos, no en los de llegada", tal y como proponía el Ayuntamiento de Madrid.