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El ‘showman’ que ama las bibliotecas

Fernández y Vaquerizo hicieron una llamada a la precaución y el respeto a las normas sanitarias para lograr unas fiestas seguras. Por razones sanitarias, las actividades tienen limitación de aforo; está prohibido beber en la calle, no se instalarán las típicas barras de bar en el exterior y es obligatoria la mascarilla. (Foto: Junta Municipal de Centro).

Asume el reto de ser el pregonero de las fiestas de Centro y nos habla de su 'Madrid secreto'

Redaccion | Lunes 09 de agosto de 2021
“La ciudad más desprejuiciada del mundo”, con una “capacidad de reinventarse continuamente sin perder su esencia y personalidad”. Eso y mucho más es Madrid para Mario Vaquerizo...

El pregonero de las fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y la Paloma, en su pregón, ha confesado, además, sentir que vive en “la ciudad más perfecta del mundo”, algo que le provoca un “continuo sentimiento de autoafirmación: como en casa ningún sitio”.

“Madrid -añadió Vaquerizo- es una ciudad clásica, pero para mí lo clásico siempre fue moderno. El Rastro y todos sus aledaños, sus bares más castizos y la Gran Vía, donde vivo y donde siempre quise vivir desde pequeño, son un auténtico paraíso”.

Con esas palabras del polifacético artista, vecino además de Centro y “madrileño de nacimiento y de actitud”, arrancana las fiestas del distrito que, junto con San Isidro, encarnan el espíritu más castizo de la ciudad. “De Madrid al cielo, no. De Madrid a Madrid, porque Madrid es el cielo más perfecto”, prosiguió el artista, de quien el concejal de Centro, José Fernández, afirmaba: “Ha llegado a nuestros corazones y nos ha deleitado con su arrolladora personalidad, su simpatía y su fuerza, tanto en el escenario como en la pequeña pantalla”.

Hasta el próximo día 15, el distrito de Centro encadena diez días en los que se conmemora a dos santos de gran arraigo entre los madrileños y a la Virgen de la Paloma, considerada como la ‘patrona popular’ de la ciudad. Habrá tres escenarios: San Cayetano, en Vara del Rey, “un lugar icónico, cargado de historia y que rezuma ‘centro’ por sus cuatro costados”, en palabras de Fernández; San Lorenzo, en la plaza de Arturo Barea, y La Paloma, en las Vistillas.


Restricciones, por razones de seguridad

Si el pasado año, los rigores de la pandemia impidieron su celebración, este año San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma han vuelto, “gracias al esfuerzo de todos, cumpliendo la normativa sanitaria y las medidas de seguridad, para que podamos volver a celebrarlas sin poner en riesgo la salud de todos aquellos que quieran compartirlas con nosotros”, ha explicado el concejal.

Un esfuerzo que también pidió Vaquerizo, quien hizo una llamada a la precaución, para conseguir una celebración segura: “Pido a todos que respetemos las normas sanitarias y que nos portemos bien para que el año próximo podamos vivir de nuevo estas fiestas como siempre lo hemos hecho”.

Por eso, las actividades del programa tienen limitación de aforo y es, por tanto, necesaria la inscripción previa en este enlace para poder asistir y disfrutar de ellas. Además, está prohibido beber en la vía pública y no se van a instalar las típicas barras de los establecimientos de hostelería que salpicaban las calles durante las fiestas. Será necesaria además la utilización de mascarilla, así como el cumplimiento del resto de medidas sanitarias vigentes en este momento.

Para velar por la seguridad de los asistentes y facilitar la convivencia, se ha intensificado la coordinación de los diversos servicios municipales implicados: Policía Municipal, servicios de emergencias, limpieza, servicios sociales y la propia Junta Municipal de Centro. Y se ha diseñado un dispositivo especial de seguridad, para controlar que se cumplan las medidas sanitarias y de seguridad, evitando aglomeraciones, y garantizando la normalidad en el desarrollo de las actividades y eventos organizadas.

La Gran Vía, como referencia

Aunque es de sobra conocido dentro y fuera de Madrid, buscamos saber un poco más sobre Mario Vaquerizo, de su persona y sobre todo de su unión con esta ciudad, dónde vive, qué le gusta más de la gente y cómo asume el reto que supone dar el pregón de su barrio.

Su lugar de nacimiento y de su lugar de residencia siempre ha estado en su ciudad. “He vivido siempre en Madrid. Nací en Vicálvaro, donde estuve viviendo hasta los 25 años, cuando me casé con Olvido y nos fuimos a vivir a la casa de mi suegra, en La Castellana. Hasta que nos mudamos a la Gran Vía”.

- ¿Qué es lo que más le une a Madrid y a su barrio?

- A Madrid me une que soy madrileño por nacimiento, pero también por actitud. Yo tengo una actitud muy de Madrid, porque es desprejuiciada y muy de primer mundo. Y lo que me une a mi barrio, en del distrito de Centro, es que desde pequeño tuve claro que quería vivir en la Gran Vía y, como querer es poder y el que la sigue la consigue, he terminado siendo vecino de la Gran Vía madrileña, que para mí es la calle perfecta.

- La Junta le ha elegido para dar el pregón de las fiestas más castizas de Madrid, ¿cómo asume el reto?

- Lo asumo con mucha ilusión, pero a la vez con un poquito de nerviosismo, porque quiero estar a la altura. Cierto es que no me estoy preparando el típico pregón de estar leyendo, porque mi forma de mostrarme es siendo como soy, pero me siento muy agradecido, porque creo que no cualquiera puede desempeñar este rol en unas fiestas tan importantes como son estas. Significa mucho, porque en este año tan raro que nos está tocando vivir voy a ser pregonero, algo único para mí que he participado en todas las fiestas como espectador e, incluso, como cantante cuando actué hace cinco años en las Vistillas. Las fiestas de Centro, tanto para madrileños como para los que no lo son, significan mucho porque transmiten el espíritu festivo y a la vez bonito y castizo. Porque Madrid es a la vez muy moderno y muy castizo, y yo me siento así.

- ¿Qué es lo mejor y lo peor de los madrileños para usted?

- Como todo en la vida, habrá gente buena y gente mala, pero a mí no me gusta hablar de lo peor. Yo viajo mucho, conozco muchas ciudades europeas, y siempre que me ausento varias semanas por trabajo estoy deseando volver a casa. Y esa casa es Madrid. Tener esa sensación es lo más bonito de Madrid, porque no solamente me pasa a mí, le pasa a todo el mundo que conoce esta ciudad. Para mí eso es especial.

- Su currículo dice que es periodista, manager, escritor, cantante, hace programas de televisión, películas, series…. ¿Qué faceta es la que más le define?

- Son todas las facetas, no puedo decir que una sola. Me hace mucha ilusión ser periodista y sigo ejerciendo el periodismo, pero a la vez también me gusta ser showman y estar en un grupo de música y hacer tertulias en la radio y hacer pregones. Todas y cada una de esas facetas me definen y me gustan todas por igual. Las cosas que no me gusta hacer sencillamente no las hago.

- ¿Cuál es su afición más desconocida?

- Aunque no lo parezca, me encantaría ser documentalista y bibliotecario, de hecho, hace cuatro años me volví a matricular por la Complutense para estudiar lo que antes se llamaba Biblioteconomía y Documentación. Me encantaría estar entre papeles, archivos, buscar información, pero lo dejé porque no tengo tiempo para todo. Yo, si me pongo a hacer algo, que me gusta quiero hacerlo bien, si no es así no lo hago.

- ¿Cuál es su rincón favorito?

- Por supuesto la Gran Vía, donde vivo, pero también el Rastro y las calles castizas del centro.

- ¿Qué sitio recomendaría a un turista que visita por primera vez la ciudad?

- Una vuelta por el centro de Madrid, callejear y ver el ambiente, los edificios y todo lo que mueve a su alrededor.

- ¿Su parque, jardín o zona verde preferida?

- El Retiro, donde iba de pequeño con mis padres y mi familia.

- Una puesta de sol, ¿desde dónde disfrutarla mejor?

- Desde mi casa en la Gran Vía, tengo un pequeño espacio en la azotea desde el que veo el edificio de la Telefónica y allí tengo unas vistas maravillosas del cielo y el atardecer.

- Por último, ¿qué les desea a Madrid y a sus gentes?

- Mucha salud y mucho amor para sobrellevar lo que nos está pasando. Estoy seguro que pasará pronto y volveremos a la alegría característica de los madrileños.

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