Si los tapones de cera son tu peor pesadilla en verano, toma nota de nuestras recomendaciones y entiende por qué no debes utilizar los bastoncillos para limpiar tus oídos.
Lo cierto es que, en verano, es muy importante proteger los oídos para evitar las temidas otitis en la piscina. Pero, otro de los problemas frecuentes, que no se conoce tanto, es la formación de tapones de cerumen en el oído, que pueden acabar bloqueando el conducto auditivo y, en consecuencia, disminuir la audición.
Se estima que una de cada cuatro consultas en verano se deben a los molestos tapones de cera que se forman en el oído. Sobre esto, el doctor Antonio Abrante Jiménez, codirector de Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, nos señala que "la mayoría de estos pacientes son asiduos a nuestras consultas, acuden una o dos veces al año, en casos extremos lo hacen mensualmente, sabiendo del alivio que les presenta su extracción".
Lamentablemente, durante la época estival, los taponamientos pueden empeorar, tal como explica nuestro doctor, "estos pacientes saben que los baños en piscinas, playas, etc., pueden provocarles molestias al convertirles una obstrucción parcial del conducto auditivo en una obstrucción total". Por eso, nuestro doctor nos recomienda realizar la limpieza de oídos antes del verano, lo que ayuda a evitar el uso de los tapones específicos para el baño.
En general, no hace falta extraer los tapones de cera del oído salvo que generen molestias, que lo solicite el propio afectado, que se vaya a realizar un molde para audífonos o que se requiera examinar la membrana timpánica.
Para ello, en algunos casos basta con usar productos específicos de uso doméstico de venta en farmacias, pero, en caso de sufrir molestias, lo más adecuado es acudir a la consulta de los especialistas.
El doctor Abrante nos señala que "existen personas que tienen una tendencia a acumular cera en los oídos y a la formación de tapones de cera. Esto puede ser simplemente porque producen de forma natural mucha cera o porque presentan algunos factores predisponentes", entre los que destacan:
- Conducto auditivo externo poco ancho
- Cantidad excesiva de pelos en el conducto
- Piel seca
- El uso de auriculares
- El uso de tapones para dormir
- La utilización de bastoncillos
- La utilización de prótesis auditivas
Por último, el doctor añade que "el cerumen puede endurecerse en el conducto auditivo y bloquear el oído, por ello recomendamos a las personas que utilizan audífonos realizarse una revisión del canal auditivo cada tres o seis meses, para determinar si hay exceso de cerumen".
Es algo normal y fisiológico. La doctora Miriam Navarro Cunchillos, especialista en Otorrinolaringología del Hospital Ruber Internacional, nos aclara que "la cera es una secreción normal y necesaria, que permite hidratar la piel del conducto auditivo y evitar la entrada de cuerpos extraños en su interior".
Además, protege la piel del daño que originan el agua, los traumas, las infecciones y los insectos, por ejemplo; y también previene de la colonización de agentes patógenos en los oídos, puesto que conserva unas buenas condiciones microambientales.
Cabe tener en cuenta que el cerumen se origina en las glándulas ceruminosas del oído externo y se expulsa mediante un proceso de autolimpieza. En esta línea, nuestra doctora nos especifica que "la eliminación de la cera se produce normalmente de forma natural gracias al movimiento de la mandíbula al masticar y a la renovación de la piel del conducto".
Cuando esta autolimpieza no funciona correctamente, se puede acumular la cera y taponar el conducto del oído, produciendo estos síntomas.
- Dolor
- Taponamiento
- Picor
- Mareos
- Ruidos
- Disminución parcial de la audición
- Precaución con el uso de bastoncillos
No es aconsejable utilizar bastoncillos de algodón en el oído, y mucho menos abusar de ellos, con el objetivo de expulsar el cerumen. En lugar de esto, la doctora Cunchillos nos matiza que "es suficiente limpiar el pabellón auricular con agua y jabón, sin necesidad de introducir nada en el interior del conducto auditivo".
Los bastoncillos se desaconsejan por tres motivos:
- Empujan el cerumen al interior del conducto, facilitando la formación de tapones.
- Irritan la piel del conducto auditivo externo, lo que puede favorecer las otitis externas.
- De manera accidental, pueden introducirse más de lo debido y provocar perforaciones de la membrana timpánica y lesiones de la cadena de huesecitos.