A menos de 50 kilómetros del centro de Madrid se encuentran San Lorenzo de El Escorial, Aranjuez y Alcalá de Henares, lugares declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Este reconocimiento certifica que sus paisajes, su arquitectura y sus tradiciones son únicos y se fraguan en valores universales. Son puntos de referencia internacional y grandes ejemplos de la diversidad cultural del planeta.
Una forma original de acercarse a estos lugares es a través de los trenes históricos que los conectan con Madrid. Un viaje en el tiempo que hará de la visita una experiencia única.
Estos singulares trenes, tanto por su diseño como por sus actividades turísticas y didácticas, nos muestran el pasado y el presente del ferrocarril. El medio de transporte que, en el siglo XIX, inauguró la época moderna con la revolución de las comunicaciones. En ese momento se dirigían a una nueva era. Ahora nos invitan a conocer mejor nuestro pasado.
El Tren de la Fresa se llamó así desde su inauguración, en 1851, ya que transportaba la fruta cultivada en las huertas del Tajo y del Jarama. Fue la segunda vía férrea de la Península Ibérica, conectaba Madrid y Aranjuez, y era frecuentada por la nobleza en sus salidas al campo.
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, de dimensiones colosales, construido en plena sierra de Guadarrama, no podía ser mejor destino para los viajeros del XIX, amantes de las historias de aventuras y misterio desde su perspectiva romántica. El Tren de Felipe II nos permite revivir su entusiasmo.
La llegada del ferrocarril en 1859 contribuyó al resurgir de Alcalá de Henares y su gran patrimonio cultural. Hoy, el Tren de Cervantes nos invita a conocer el gran pasado de la Ciudad del Saber, cuna del autor de Don Quijote de la Mancha, obra cumbre de la literatura universal.
Durante el recorrido de estos trenes, numerosos personajes de esta y otras épocas podrán acompañarnos. Miguel de Cervantes o el rey Felipe II relatarán a los viajeros modernos cómo era su vida entonces. Agudicemos el oído, recreemos la vista y degustemos los productos de estas tierras que nos ofrecerán sus amables paisanos.