Gente

Teresa Díaz, 'enganchada' al sonido del acero

La vida de la joven de 23 años está ligada a este deporte que corre por sus venas, ya que su madre es su entrenadora y su padre es el presidente del Club de esgrima Cardenal Cisneros.

La tiradora española es la número uno del ranking nacional de la modalidad de florete

Paz Romanillos | Lunes 27 de septiembre de 2021
La tiradora española Teresa Díaz, número uno del ranking nacional de la modalidad de florete, ha reconocido que se quedó "con mal sabor de boca" por no poder acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio. Ahora, su "objetivo" está en los de París 2024, donde espera que haya "más de una representación femenina" española.

"Objetivo Francia, completamente. Me he quedado con mal sabor de boca al ser la primera europea no clasificada para los Juegos de Tokio y me gustaría cambiar y subir ese escalón para París 2024", ha señalado en una entrevista en las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid.

En este sentido, ha reconocido que está "centrada" en la cita parisina, donde espera que pueda haber al menos una española después de la participación de Carlos Llavador en Tokio. "Estamos todos muy contentos con la representación de Carlos, hacía mucho que no teníamos los esgrimistas españoles la oportunidad de levantarnos a las cinco de la mañana para seguir la esgrima en los Juegos. El crecimiento de la esgrima femenina, especialmente en mi arma, es bastante exponencial. Tanto mi compañera como yo nos quedamos a un paso. Espero que podamos ver más de una representación femenina en París", deseó.

Díaz empezó a practicar esgrima a los cinco años y ahora, a los 23, forma parte del equipo nacional de florete femenino, modalidad en la que, en estos momentos, es número uno del ranking nacional. "Después de esta temporada nacional, gané uno de los torneos de ranking, en otro hice bronce y en el Campeonato de España me proclamé campeona. Ahora mismo, he conseguido llegar al número uno en el ranking español y mantenerme entre las primeras cien del ranking FIE".

Además, la madrileña, campeona de España Sub-23, ha confesado lo difícil que ha sido la decisión de marcharse de España e instalarse en Italia para progresar en su preparación. "Hasta el Mundial de 2019 en Budapest, entrenaba con una de mis compañeras. Se lo agradezco, porque me ayudó a crecer un montón. Cuando ella decidió marcharse, me vi en la tesitura de hacer una preparación olímpica sola", subrayó.


"Tras el confinamiento, vi que no tenía las condiciones para entrenar en España. Mi familia y mis amigos me influyen mucho en mi rendimiento deportivo y fue difícil marcharme, porque me vi obligada a hacer el cambio. El entrenador que tengo en Italia ha sido elegido para convertirse en entrenador nacional de España, así que se ha creado un grupo de trabajo y puedo ir yendo y viniendo", apuntó.

Su preparación, sin embargo, no le impide estudiar también Psicopedagogía, tras graduarse en Magisterio. "Es difícil, pero es cuestión de organizarse", dijo. "Quiero trabajar con gente a la que pueda ayudar a sacar un mayor potencial. Encontré un camino", no duda en afirmar


La esgrima, un legado familiar

La esgrima llegó a la vida de Díaz como 'herencia' de familia. Su madre es entrenadora en el club por el que ella compite y su padre, su actual director. Se trata del Club de Esgrima Cardenal Cisneros, el más antiguo de la capital. En este contexto, no parece sorprender que Teresa se enamorase de este deporte cuando todavía era una niña.

"La que se encontró con la esgrima fue mi madre, a mí me la dieron, es un legado en mi casa", explica, al tiempo que recalca la importancia de sus progenitores en su formación. "Mis padres siempre me impulsan a conseguir más. Desde muy pequeña, el sonido de las armas era muy familiar para mí. En cuanto tuve la oportunidad, le dije a mi madre que quería probar. Me enganché enseguida y aquí sigo", cuenta.

"Cuando empecé, era muy mala. No era la más diestra, ni la más talentosa, pero una vez fui la más trabajadora y me di cuenta de que podía subir escalones. Esos escalones me han permitido inspirarme en gente que hay aquí en el CAR. Esa gente es la que me invita a pensar que los sueños son posibles y llegan. Tristemente, la posibilidad de alcanzarlo me llegó en una época complicada, pero lo bueno es que he visto un objetivo y ahora estoy enfocada en lograrlo".

En cuanto a su deporte, destaca que es "muy completo. No es, como se suele decir, sólo un 'ajedrez' en movimiento, sino que ese 'ajedrez' tiene que ser ágil, rápido y explosivo. Y necesita tener una táctica detrás", desveló. "Se trata de conseguir llevar al oponente a donde te sientes fuerte y resistir a las trampas que te pone. Ante la adrenalina, tienes que tener emociones bastante frías".

"Se trata de uno de los deportes clásicos de los Juegos Olímpicos, pero también tenemos que tener en cuenta que antiguamente era parte de la sociedad y la vida diaria de las personas. Estaba muy bien visto ser diestro en armas. Podemos hablar de clasicismo, pero también de un deporte contemporáneo, al haber integrado toda la parte física y deportiva", concluye.

TEMAS RELACIONADOS: