A pie de Calle

Mercamadrid, fiel reflejo de la situación

En la imagen, Luis Pacheco, comerciante de alimentación de Madrid y autor de este artículo.

Luis Pacheco Torres, comerciante madrileño

Jueves 07 de octubre de 2021
"A la hora de evaluar el estado de la actividad económica, del pulso real de las familias, del poder adquisitivo y de consumo de la población, hay un 'termómetro' muy fIable: se trata de Mercamadrid...". Así comienza esta tribuna de opinión, en la que Luis Pacheco reflexiona sobre la complicada situación económica de la región y de nuestro país.

A la hora de evaluar el estado de la actividad económica, del pulso real de las familias, del poder adquisitivo y de consumo de la población, hay un 'termómetro' muy fIable: se trata de Mercamadrid, la Unidad Alimentaria más importante de Europa y segunda a nivel mundial, solo superada por Tokio, que es superior en volumen en el sector pesquero, tan importante en el país nipón.

Hemos de significar que el Mercado Central de Madrid está bastante 'apagado', con los biorritmos al ralentí, incluso a pesar de la vuelta de la hostelería y de que se han eliminado la mayoría de las restricciones, y teniendo en cuenta que Madrid y su economía va mucho mejor que las del resto de las comunidades autónomas.

Para medir la importancia de Mercamadrid en el entramado de aprovisionamiento alimentario de la sociedad española, baste decir que es el 'corazón' de toda la red de Mercas de nuestro país. Desde Madrid se surten, en gran medida, otros mercados, como Mercabarna, MercaBilbao, MercaValencia, etc. Y es precisamente en estas ciudades periféricas, donde más se aprecia el descenso de consumo, el “letargo profundo” en el que se encuentra la demanda de algo tan significativo como es la alimentación de la totalidad de la población.

Madrid también es, en la distribución y comercialización alimentaria, la locomotora que tira del resto, la cabeza tractora que reactiva sectores hortofrutícolas, pesqueros y ganaderos.

De ahí que sea tan sensible a la tremenda crisis a a la que nos estamos enfrentando; de ahí que vea como la demanda está al 60-70%, muy lejos aún de los mejores momentos. Esto, evidentemente, es una derivada del frenazo de la demanda de las familias, de que los bolsillos están escurridos, de que se incrementan gastos como la factura de la luz, el gasto en gasolina, etc, y se está recortando en la compra de alimentación.

El otoño se presenta muy duro para la ciudadanía y el tsunami económico amenaza con empobrecer muchas familias.

El gobierno Sánchez debe ponerse las pilas y girar el foco hacia lo realmente trascendente: hacer que se cree empleo, que se genere actividad económica sana y solvente, sostener a las pymes y los autónomos y eliminar las 'colas del hambre' para comenzar a rebajar la insufrible deuda, que ya supera el 130% del PIB.

Con inflacción casi al 5%, corrigiéndo las previsiones del 2,8 al 1,1%, con más de un 40% de paro juvenil y ninguneando a empresarios y autónomos para contentar a la rama podemita del gobierno, no se consigue.

Isabel Díaz Ayuso y su gobierno le enseña como hacerlo mejor, empezando por la supresión y rebaja de impuestos.

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