Según ha indicado el consejero de Transportes e Infraestructuras, David Pérez, está previsto que los trabajos comiencen en el primer trimestre de 2022 y finalicen a principios de 2023.
Este contrato permitirá dotar al barrio de Valdebebas de un intercambiador de transportes que mejore la conectividad de la zona norte de Madrid, "aumentando la vertebración en esta parte de la ciudad y fomentando el uso del transporte público".
Además, permitirá las consiguientes mejoras en "la reducción de la huella de carbono, mayor eficiencia de la red de transporte y disminuirá los tiempos en el tránsito de los usuarios". Pérez ha explicado que su diseño será "especial", porque se buscará la "transición directa entre el barrio y el parque" de su alrededor. De esta manera, su estructura imitará a los árboles.
Esta nueva infraestructura, que estará situada en la avenida de Manuel Fraga Iribarne, 10, tendrá una superficie de 25.000 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, que conectará a la futura estación de Metro del mismo nombre y que pertenecerá a la nueva ampliación y construcción de la futura línea 11 de Metro (L-11), así como al resto de autobuses urbanos y Cercanías (L-1). También dispondrán de espacio para estacionamiento otros medios de transporte, como son bicicletas y patinetes.
El Ejecutivo regional estima que el de Valdebebas se convertirá en uno de los que "mayor demanda de viajeros registre en toda la red de transporte público", ya que dará servicio a más de 31.000 usuarios diariamente, que entre funcionarios de Justicia, letrados y público, acudirán a diario a la Ciudad de la Justicia, así como al personal y usuarios del Hospital público Enfermera Isabel Zendal.
A estos se le suman los vecinos de este nuevo barrio residencial del distrito de Hortaleza, que se prevé tenga "un elevado incremento de población en el futuro".