La nueva sociedad nació con el propósito de impulsar un mayor desarrollo de la circulación tranviaria en Madrid. El trazado de la red quedó así dividido en tres secciones: una funcionaba a base de tranvías expresos sin paradas; otra sección operaba vehículos para trayectos intermedios; y la tercera se dotaba de tranvías de sistema norteamericano, con capacidad para 100 personas, con trayectos fijos y sin la presencia de la figura del cobrador.
En un primer momento, la red entera combinaba líneas de vía estrecha y ancha hasta que el ancho se normalizó en los años 30. El material se mejoró y se trazaron nuevas líneas de tranvía, llegando a barrios como Tetuán de las Victorias, Cuatro Caminos y Cuatro Vientos, entre otros.
En estos años era común ver en las calles de Madrid modelos Charleroi, Bergman, General Electric, Westinghouse, así como los populares Siemens y Schuckert. Los tranvías amarillos eran bautizados por los ciudadanos con el nombre de 'canarios' y los rojos se hacían llamar 'cangrejos'.
La SMT decide, en 1932, volver a poner en servicio algunos autobuses por la ciudad con vehículos propios y contratados, que llevaban la firma de Leyland y Aclo. También en ese año comienza a funcionar el servicio de tranvías nocturnos en Madrid.
En 1934 pasa formar parte de la Empresa Mixta de Transportes Urbanos, que entró en liquidación en 1947, coincidiendo con el nacimiento de EMT.