Una coproducción de La tristura, la Comunidad de Madrid y los Teatros del Canal que cuenta con el apoyo del International Summer Festival Kampnagel de Hamburgo y Noorderzon Festival de Groningen y ha sido escrita con el soporte del Programa de Desarrollo de Dramaturgias Actuales del INAEM.
La pieza está formada por seis jóvenes que, en una noche de fiesta, bailan y se besan. “Se les pone en valor tal y como son para contemplar esa belleza que ahora toma una doble dimensión, porque están bailando cuando no se puede bailar, se están besando cuando es muy difícil besarse y se están tocando cuando fuera de un escenario, en la realidad, se requiere una distancia mínima por culpa de la pandemia de la COVID19”, explica su director Celso Giménez.
“Probamos hoy a desprendernos de algunos elementos teatrales. Fuera la escenografía, casi toda la iluminación, la grada, la cuarta pared, el vestuario escénico… ¿Qué queda de una de nuestras obras cuando le quitas todo eso? ¿Qué ocurre si volvemos de nuevo a la idea de unos actores muy cerca del público y unas cuantas palabras? Últimamente nos hemos reencontrado con la escenografía y la tramoya, pero desde el principio de este proceso sentimos que Future Lovers debería tener una versión desnuda, íntima y punk, en la que toda la fuerza expresiva recayera simplemente en estos jóvenes. Veamos cómo bailan los performers, cómo ríen, cómo siguen haciendo como que nadie mira”, destaca La tristura.
La Tristura lleva cuatro años con el proyecto de Future Lovers Unplugged, que le ha llevado a muchos países, a muchos teatros y para la compañía se trata de vivir un fin de fiesta en Madrid y, además, en el centro donde se creó, en Condeduque.