“Sin embargo -tal y como señalan la Dra. Ana Machado Martín, especialista en ORL, y Judith Wuhl, logofoniatra, del Hospital Hospital Quirónsalud San José, pertenecientes al equipo del Dr. Carlos Ruiz Escudero-, existen otros síntomas, menos frecuentes, que afectan a la voz, que puede alterarse directa o indirectamente”.
- Parálisis o paresias laríngeas unilaterales: la cuerda afectada se queda inmóvil o con poca movilidad, lo que provoca fatiga vocal, limitación de la altura tonal en agudos, pérdida de sensibilidad en la laringe por afectación del nervio recurrente y patologías relacionadas con el esfuerzo vocal que realiza la cuerda indemne.
- Reflujo faringo laríngeo, provocado tanto por la medicación, como por afectación vírica de las glándulas del estómago. No debe confundirse con el reflujo gastro esofágico (RGE), ya que en este caso no existe ardor ni regurgitación.
El RFL se asocia con la bipedestación y con posible alteración del esfínter superior del esófago, mientras que el RGE se asocia con el decúbito (tumbado hacia arriba) y con alteración del esfínter inferior.
- Laringitis aguda inflamatoria específica viral: cualquier virus puede provocar inflamación de las cuerdas vocales, de forma que éstas se ven enrojecidas, edematosas, alterándose los parámetros de la voz. El cuadro suele ser autolimitado, precisando reposo vocal y antiinflamatorios.
- La alteración del parénquima pulmonar, y por ende de la respiración, puede provocar fallo en el fuelle inicial de la voz que es el pulmón, resultando una voz débil, sin fuerza, lo que secundariamente podría conducir a una disfonía funcional por esfuerzo vocal.
- Efectos secundarios de los medicamentos: Muchos de los medicamentos que se utilizan para mejorar los síntomas que provoca la COVID19, pueden empeorar la voz.
- Lesiones benignas en las cuerdas vocales: la tos, uno de los síntomas más frecuentes y duraderos del COVID se considera un traumatismo continuo para las cuerdas vocales, lo que puede derivar en la formación de lesiones tales como pólipos o nódulos vocales, así como cuadros hemorrágicos y alteraciones funcionales por mal uso vocal.
- Astenia: la debilidad afecta no solo a la musculatura de las extremidades, sino a toda la musculatura del organismo, incluida la laringe. El órgano fonador, en el que están implicados multitud de músculos y cartílagos, se ve afectado de forma importante. De ello se deriva una voz débil, a cuyo origen se suma la provocada por las alteraciones pulmonares, que es la energía de la voz.
- Congestión nasal: la congestión puede dar lugar a voces nasalizadas que alteran lo que se considera la cavidad de resonancia de la voz; inhalaciones de vapor de agua con eucalipto o con determinada fitoterapia pueden ayudar a disminuirla, así como lavados con suero fisiológico o sueros que contengan ácido hialurónico. Pasada la congestión, se recomienda dejar el eucalipto porque reseca y utilizar en los vahos manzanilla amarga y tomillo.
- Efectos provocados por el uso de mascarillas: con su uso debemos recapacitar sobre ciertas conductas para evitar más problemas de voz de los que ya existían.
Hay que procurar lavados nasales frecuentes, hidratación abundante, uso de aceites (ozonizados), vitaminas tales como la E y la A que mejoran nuestras mucosas y evitar largas charlas cuando tengamos que usarla.
- Efectos provocados por la realización de una traqueotomía: las intubaciones prolongadas terminan en muchos casos en traqueotomías, procedimientos quirúrgicos que se realizan para crear una apertura a través del cuello dentro de la tráquea. El aire entonces no pasa por las cuerdas vocales, de modo que la persona no puede hablar. Cuando el paciente se recupera, esta comunicación con el exterior se cierra, si bien, pueden quedar algunas secuelas en la voz, ya sean secundarias a los cambios que se han producido en la musculatura del cuello, o al desuso del aparato fonador, debilidad de la musculatura y/o a la alteración pulmonar.
- Emociones: los seres humanos estamos programados para expresar nuestras emociones a través de la voz. La enfermedad, el aislamiento, los cambios en el trabajo, las pérdidas de seres queridos etc., nos han llevado a un estado emocional complicado durante esta pandemia, lo que puede alterar nuestra voz.
Las emociones se manifiestan en nuestra voz, modificando su intensidad, su tono, timbre y duración de las frases. Necesitamos tener un control sobre nuestra voz para autorregularnos y quitar tensiones innecesarias para adaptarnos a todo tipo de situaciones, alteraciones que pueden precisar rehabilitación y seguimiento.
Para hacer frente a todas estas patologías, el Hospital Quirónsalud San José ha puesto en marcha una Unidad de la Voz, que, además, ofrecerá pautas para recuperarla lo más rápidamente posible, como utilizar un protocolo de entrenamiento, dividiéndolo en pocos minutos varias veces al día.
Comenzar por no más de cinco minutos de ejercicios, tres o cuatro veces al día y, por supuesto, ponerse en manos de un buen profesional médico y rehabilitador.