Se trata de un homenaje que reivindica al artista como una de las figuras fundamentales de la fotografía humanista documental de la posguerra española, padre de la generación que renovó el lenguaje fotográfico.
La consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, ha asistido a la presentación de esta muestra y ha destacado "la consolidación" de El Águila como un espacio donde la fotografía ha ido adquiriendo cada vez más protagonismo.
Rivera de la Cruz ha señalado que, en la exposición, se puede ver el "trabajo ingente" de Català-Roca, que hizo su carrera "a caballo entre Barcelona y Madrid" y que retrató Madrid "como nadie, porque era consciente de que estaba fotografiando un mundo que iba desapareciendo".
La muestra, comisariada por Oliva María Rubio y organizada por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid en colaboración con PHotoESPAÑA, es una selección de 81 imágenes del autor, procedentes de los fondos del Archivo fotográfico del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya.
Francesc Català-Roca es una referencia de la historia visual de España. Fue capaz de retratar con su particular mirada a las gentes, la cultura, las tradiciones y modos de vida de un país que empezaba a recuperarse de los estragos de la guerra y se volcaba en el deseado cambio económico y el desarrollismo.
Junto a las imágenes míticas de la Gran Vía o el Metro de Madrid y los retratos de figuras, como Salvador Dalí o Joan Miró, la exposición acerca a otras desconocidas e inéditas como algunas familiares o las realizadas en color durante su estancia en Nueva York.
El estilo personal de Català-Roca se consolida en los años 50, distinguiéndose por una mirada propia que se manifiesta en el manejo de la posición de la cámara con encuadres precisos que evitan la frontalidad; la utilización de picados y contrapicados; el dominio de la luz y del claroscuro; la búsqueda del equilibrio y la introducción del dinamismo.
Su trabajo, multidisciplinar, no se reduce a la fotografía documental humanista, sino que también desarrolla un importante corpus de la dedicada a la arquitectura, retratos, industrial, cerámica y artesanía, arte, así como numerosos documentales entre los que destacan La ciudad condal en otoño (1951), Piedras vivas (1952) o Salineros de Ibiza (1954).
A partir de los años setenta, centra su creación e investigación en la realizada en color, aunque nunca abandona por completo el trabajo en blanco y negro.
El Águila vuelve a convertirse en sede de la Sección Oficial del festival internacional de fotografía PHotoEspaña. En esta edición, la fotografía de estilo documental y la visibilización de mujeres fotógrafas que fueron determinantes en su época, serán algunos de los ejes de su programación, la cual incluye, además, la exposición Matter, de Aleix Plademunt, en la Sala Canal de Isabel II.
Así, este espacio ofrecerá en los meses de verano una variada programación de actividades culturales accesibles para todos los públicos, entre las que destacan la segunda edición de los festivales de música y cine, El Águila Suena y El Águila se Mueve; el programa de recorridos urbanos y talleres Miguitas, la celebración del Día Internacional de los Archivos y la exposición Manuel Estrada: leer libros, diseñar portadas.