Desde que, en 1997, se aprobó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) no se había llevado a cabo ninguna revisión de los catálogos de protección que lo integran. La Junta de Gobierno ha aprobado inicialmente este junio la modificación puntual que permite ampliar el catálogo, tras más de un año de trabajo de campo. En otoño se elevaría a aprobación provisional y de ahí se remitiría a la Comunidad de Madrid.
Fuentes ha explicado que se busca ampliar el catálogo para cubrir la necesidad de incluir la arquitectura industrial y moderna, cuando en su día no se incorporaron edificios que deberían haberse considerado por diversos motivos como, por ejemplo, que su fecha de construcción superaba o era demasiado cercana a 1980, el límite establecido por el PGOU de 1997.
También porque la legislación posterior les ha otorgado una protección cautelar, que exige su análisis individualizado y una protección urbanística.
Tras los estudios realizados, en los que se ha pedido la colaboración de diversos organismos vinculados con el patrimonio, se propone incluir en el Catálogo de Edificios Protegidos 738 edificios, que atienden a distintos supuestos.
El primer grupo sería el de los edificios de la segunda mitad del siglo XX que, por su fecha de construcción, estaban demasiado cercanos al límite temporal orientativo de 1980 que planteó el Plan General de 1997.
Suponen 188 edificios aislados y once conjuntos homogéneos, de los cuales cuatro ya estaban incluidos en el Plan General anterior, pero no incluía protección individual de los edificios. En total, se incluyen en el catálogo 503 edificios ubicados en conjuntos homogéneos.
Entre los de la primera clase se protegen, por ejemplo, el Edificio Castelar (1983), en el paseo de la Castellana, 50; la Fundación Juan March (1975), en Castelló, 77, o la Basílica Hispanoamérica Nuestra Señora de la Merced (1949-1965), en la calle de Edgar Neville, 23. Un ejemplo de conjunto homogéneo protegido es la Cooperativa de Viviendas Militares de Santa Cruz de Marcenado, conocido como el edificio Higueras.
El segundo grupo lo componen elementos aislados que supongan un vestigio del ambiente urbano ya desaparecido o desfigurado, siempre que respondan a procesos de planificación urbana significativos para la historia del urbanismo de la ciudad.
Este trabajo se ha centrado en concreto en el entorno urbano que refleja la concepción histórica de la Ciudad Lineal planificada por Arturo Soria e incorpora 33 edificios. Entre ellos, el hotel Rubin, actual residencia de menores Casa de Arturo Soria; el Colegio Huérfanos de la Armada y el palacio de Villa Menchu.
El tercer grupo son edificios que se encuentran en los supuestos de tipo de edificación y periodo temporal que establece la disposición transitoria primera de la Ley 3/2013, de 18 de junio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid.
Se incluyen catorce edificios, como por ejemplo la Ermita de la Torre, en la Galiana (Camino de la Ermita de la Virgen de la Torre, 52), que data de 1746; los pabellones de la antigua estación de Villaverde (1924-192) o el colegio de Santa Cruz (1888), en Carabanchel.
La disposición hace referencia a palacios, casas señoriales, torreones y jardines construidos antes de 1900; a inmuebles singulares construidos antes de 1936, que pertenezcan a iglesias, ermitas, cementerios, conventos, molinos, norias, silos, fraguas, lavaderos, bodegas, teatros, cinematógrafos, mercados, plazas de toros, fuentes, estaciones de ferrocarril, puentes, canales y viajes de agua; y a fortificaciones de la Guerra Civil española.
Para cada nuevo edificio incluido se presentan tres fichas: una informativa (FI), que recoge la ubicación e información histórica básica y descriptiva del edificio objeto de análisis, sus elementos principales objeto de protección y documentación fotográfica; una normativa (FN), que recoge nivel y grado de protección, plano de catálogo, régimen de obras general y particularizado para sus elementos principales, definidos en los planos de análisis de planta baja y planta tipo; y una de valoración (FV), que recoge el análisis de valores que determinan el grado de protección asignado.
Desde el Área de Desarrollo Urbano se ha elaborado un visor específico para este catálogo, que muestra ubicados en el mapa todos los edificios con su información correspondiente.
Para determinar la posible inclusión de los inmuebles en el catálogo, que se somete ahora a un periodo de información pública de dos meses, se ha llevado a cabo un análisis documental e histórico, una toma de datos sobre el terreno, una digitalización de la información y una incorporación gráfica modelizada, lo que ha permitido considerar cada elemento en su materialidad, conocer su estado de conservación, antecedentes de intervención y sus circunstancias actuales.