El virus del monkeypox está afectando, predominantemente, a hombres que mantienen sexo con otros hombres (HSH), ya que representan el 95% de los casos confirmados. Aproximadamente, de las casi 2.000 personas contagiadas en la Comunidad de Madrid, sólo 100 son mujeres (sobre el 5%).
Esto, sumado a que el pasado 27 de julio, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a los HSH que reduzcan el número de parejas y relaciones sexuales, ha generado un estigma sobre la comunidad LGBTI+, que es rechazado por organizaciones del colectivo, además de por políticos y sanitarios.
Los casos no paran de crecer. La Comunidad de Madrid roza los 2.000 casos y en toda España se han contabilizado más de 4.570, además de dos muertes (una en Andalucía y otra en la Comunidad Valenciana), las únicas europeas hasta el momento.
La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid es el área sanitaria que más personas contagiadas ha contabilizado de todo el país desde el inicio del virus en mayo -después se encuentran Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana-. Al mismo tiempo, España es el país europeo con más casos acumulados, seguido de Alemania, Reino Unido y Francia. A nivel mundial, es el segundo tras Estados Unidos (5.832).
"Nadie está a salvo de contagiarse", ha explicado la presidenta del Colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) y sanitaria, Carmen García de Merlo, quien ha añadido que desde la Asamblea de Madrid, hay políticos que "descargan el estigma donde quieren".
García de Merlo se refiere a las declaraciones de la diputada de Vox en la Asamblea de Madrid, Alicia Rubio, quien le recomendó al diputado de Más Madrid, Eduardo Rubiño, que se "cuide mucho" durante la celebración del Orgullo en Madrid tras el auge de contagios. Rubiño se defendió y alegó que se está sobrevolando con el estigma "en base a la salud sexual", argumento que le parece muy grave.
Desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) han considerado la estigmatización como desacertada, "total y absolutamente". Así lo califica el coordinador del grupo VIH de esta asociación, Nahum Cabrera, al mismo tiempo que define como "una verdadera aberración" que la OMS hable sobre las líneas sexuales de las personas.
Los avisos y comunicados de esta organización de la salud "deberían centrarse puramente en el tema médico", ha recalcado el miembro de FELGTBI+, "en ayudar o incentivar a los gobiernos para que tomen medidas ante el virus".
La misma asociación ha pedido a la OMS que evite estos señalamientos y avisa de que se está repitiendo el "fantasma del estigma del VIH". Así lo ha transmitido FELGBTI+ a través de un comunicado enviado a los medios de comunicación.
En este sentido, Cogam ha recordado que al Sida se le llegó a denominar el 'cáncer rosa', misma línea que sigue el Consejo General de Enfermería (CGE), que lo tacha de "inadmisible". "El colectivo fue enormemente rechazado hace 40 años. No podemos permitir que vuelva a ocurrir", ha señalado la coordinadora del Instituto Español de Investigación Enfermera del CGE, Guadalupe Fontán.
Como consecuencia, hay personas que sienten una "falsa seguridad" al no ser HSH, en palabras de Cabrera, tras el "pánico generado" por la OMS. Piensan que "no les va a tocar", ha subrayado, pero "el virus no entiende de orientaciones, ni identidades".
Uno de los primeros brotes en Madrid ocurrió en mayo, en la sauna Paraíso, por lo que fue clausurada durante veinte días. Sin embargo, la gerente del local, Vanesa Herrero, había negado, en declaraciones a los medios el pasado 8 de junio, cualquier "responsabilidad" y mostró su indignación por la estigmatización del colectivo homosexual, ya que "siempre son los mismos".
No sólo está el temor por ser "señalado", sino también el miedo por no ser debidamente atendido. Es el caso de Julián Rascado (nombre ficticio), un madrileño que contrajo el virus hace dos semanas en un cumpleaños. "No sé cómo", ha explicado en declaraciones, porque no ha sido tras una relación sexual, sino por un contacto con una amiga que "dio positivo de viruela del mono y de COVID19" a los dos días.
"La parte con el médico fue horrible", ha relatado. Así, tuvo que ir al médico de cabecera y dos hospitales diferentes, indicando que había tenido un contacto con otra persona contagiada, "nadie se había preocupado", donde le dijeron que tenía una "faringitis o una reacción alérgica", cuando ya había avisado que una amiga dio positivo en monkeypox.
"Finalmente, al tercer día, en la Fundación Jiménez Díaz decidieron hacerme la prueba", cuenta, en la que ya tuvo resultado positivo. Cree que es "muy peligroso" asociarlo con las prácticas sexuales y con un colectivo en concreto, cuando se ha demostrado que "no es una ITS".
La presidenta de Cogam ha sugerido que se debe "informar de los síntomas y si alguien acude al médico, se trate y no lo transmita" y piensa que, aunque "los primeros casos fueron en el colectivo", no se limita exclusivamente a él.
La realidad es que el contagio es "personal, como la varicela", cuenta Nahum Cabrera, quien lamenta que "volvamos a tropezar con la misma piedra".
Sanitarios, políticos y activistas coinciden coinciden en que la solución ante un virus es la vacunación. Se debe acelerar "el uso de vacunas", han hecho hincapié desde FELGBTI+.
Al igual que la presidenta de Cogam, quien cree necesario que se amplíe el 'target' de la campaña de vacunación en la región madrileña y "tendría que centrarse" en poblaciones menores de 40 años. "Las campañas no son las adecuadas", ha sentenciado.
En la misma línea, FELGTBI+ solicita, "tanto a Sanidad como a la OMS", que trabaje para la inyección de dosis y su fomentación. "Es una de las líneas a trabajar", ha recalcado su coordinador de VIH.
No sólo se previene el contagio, sino que en caso de dar positivo, los síntomas serán menores que si no se tiene la inoculación. La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid cuenta con una campaña que se basa en dos vacunas diferentes -aunque del mismo laboratorio-, la de Imvanez y Jynneos. Pueden utilizarse en profilaxis preexposición (antes de la exposición al virus) y posexposición (tras el contacto). Esta última es la que más se inyecta y el objetivo es llegar a las personas mayores de edad, hasta los 45 años.
La Comunidad recuerda que cuenta con un servicio de cita previa para solicitar la inyección, a través de la web de Sanidad.