Una propuesta que algunas asociaciones han alertado de "su complejidad" de llevarlas a cabo, por posibles vandalizaciones y por "la gran cantidad de restos que hay".
"Creo que es una manera de visibilizar los recuerdos ocultos de Madrid. Además, supone que los propios madrileños conozcan la historia reciente y es una manera de trasladar a los turistas un itinerario de nuestra ciudad. Puede ser un gran atractivo", ha explicaado la delegada de Cultura, Turismo y Deportes, Andrea Levy.
La Junta Municipal de Moncloa-Aravaca aprobó por mayoría en el Pleno ordinario del mes de julio una moción que planteaba "que se estudie poner paneles informativos en las líneas de trincheras y búnkeres situados en diferentes puntos del distrito, de manera que se pueda hacer una ruta y, quizás, más adelante restaurarlos".
El grupo municipal de Vox llevó esta proposición, porque afirmaba que "sería una buena oportunidad de poner en valor turístico esta zona" y puso de ejemplo al desembarco de Normandía (Francia), la operación militar realizada por los aliados en la Segunda Guerra Mundial, o el Punto de Control de Berlín (Alemania), uno de los pasos más conocidos de la Guerra Fría.
La propuesta salió aprobada por mayoría con el apoyo de esta formación, PP, Cs, PSOE y Grupo Mixto. Más Madrid votó en contra, porque "lo primero es investigar y restaurar" y argumentó que "a veces panelar es peligroso", por posibles vandalizaciones.
"Es un trabajo muy complicado, porque los restos de la Guerra Civil no son sólo unos fortines de hormigón. Hay muchos restos de las trincheras, los polvorines, los refugios antiaéreos, etcétera. Es un tema de profunda complejidad", ha apuntado el presidente del Grupo de Estudios del Frente de Madrid (Gefrema), Antonio Morcillo.
Su asociación ha colocado paneles, como en 'La pasarela de la muerte', un paso que elaboraron los sublevados para cruzar el río Manzanares con el objetivo de tomar la ciudad de Madrid, que sido vandalizado "más de una vez".
Algo similar le sucedió al Puente del Generalísimo, que también lo marcó el Gefrema al ser los restos de una construcción que se terminó de hacer dieciséis días antes de finalizar la Guerra Civil, donde "unos vándalos rompieron el cartel y lo pintaron". Para Morcillo, se trata de un problema del país, porque "si fuese civilizado, desde el punto de vista arqueológico y político, se podría realizar esta señalización".
"A veces, panelar una cosa lleva consigo su destrucción o su deterioro. He estado informado sobre esta intención, pero ¿qué se señaliza? ¿Los restos en hormigón o los que están en tierra? El asunto es muy complejo, no son sólo cuatro cosas", ha resaltado el presidente.
En esta línea, el portavoz de Salvemos Casa de Campo, Carlos Buchó, ha recalcado que este espacio natural "fue el referente del frente de Madrid". Después de la borrasca Filomena, junto al equipo del Gefrema, estuvo marcando con cintas negras y amarillas las trincheras de este lugar para que la maquinaria de limpieza no pasara.
"La Casa de Campo tiene kilómetros y kilómetros de trincheras, porque no solamente está el frente, también está el segundo frente por si el otro se rompía. Nosotros creemos que marcar todas es casi imposible", ha aseverado el portavoz.
Buchó ha recordado que "hay que tener mucho tacto en el tema", ya que, al igual que Morcillo, piensa que pueden ser vandalizados de forma "inmediata". Además, ha subrayado que "no se puede llenar de paneles", porque está llena de vestigios de otras actividades.
"Yo llevo años haciendo rutas guiadas con mi asociación acerca de restos la Guerra Civil en Madrid y la mejor manera de conservar un resto es darlo a conocer y explicarlo. La gente que asiste y ve el valor que tiene, pues difícilmente lo destruirá", ha asegurado el presidente del Gefrema.
Por otro lado, Morcillo ha detallado que los restos que hay en la Dehesa de la Villa "son mucho más pobres", al no haber sido zona de guerra. En esta zona se pueden encontrar fortines o la artillería que se ocultaba en el Cerro de las Balas, pero al ser un parque "civilizado" apenas hay recuerdos.
"Los restos son mucho más escasos. Además, era una zona de segunda línea y no de combate como lo fue la Casa de Campo. Se pueden encontrar más restos en el distrito en Ciudad Universitaria, donde hay impactos de proyectiles en los edificios, o los fortines del Parque del Oeste", ha precisado.
Según el Plan Regional de Fortificaciones de la Comunidad de Madrid, a principios de noviembre de 1936, las fuerzas sublevadas llegaron a la Casa de Campo, cruzaron el Manzanares y ocuparon algunos edificios de la Ciudad Universitaria.
En las siguientes jornadas consiguieron ampliar su posición hasta quedar detenidos a la altura del Hospital Clínico y el Parque del Oeste debido a la defensa de los combatientes republicanos. A finales del mes tuvieron que cambiar de táctica debido al fracaso del ataque frontal a la capital.
De esta forma, se ordenó mantener las posiciones y proceder a la fortificación de las mismas. El sector ocupado por los sublevados consistía en una cuña de forma irregular limitada al norte por la Dehesa de la Villa, al este por las primeras edificaciones de la capital y al sur por el Parque del Oeste.
El sector sublevado se extendía desde el Hospital Clínico hasta la Casa de Campo, donde también se construyeron numerosas defensas de las que aún hoy se conservan vestigios en los cerros Morán, Canteras, Garabitas y Covatillas, entre otros lugares.