El jurado del premio, presidido por Antonio Orejudo e integrado por Sara Mesa, Eva Cosculluela, Marta Barrio -ganadora de la anterior convocatoria- y el editor Juan Cerezo, ha destacado que es una novela "deslumbrante, adictiva, necesaria, sobre una experiencia dramática al final de la adolescencia de una chica".
La novela, que se publicará el 19 de octubre, "huye de la narración fácil de un episodio complejo" y sin maniqueísmo, ha remarcado Orejudo, mientras que Cerezo ha subrayado que con esta obra nace una nueva voz.
Para Sara Mesa, se trata de "una novela de una gran hondura psicológica, precisa, excelentemente construida, que disecciona con inteligencia los entresijos del pensamiento patriarcal, al que se atreve a mirar de frente en toda su complejidad".
La también jurado del Premio Tusquets de novela Eva Cosculluela considera que "es imposible terminar la novela sin sentir indignación y rabia", y subraya que les sedujo el tono empleado por la escritora, que huye de cualquier impostura o cliché para narrar una situación y unos sentimientos que son difíciles de contar.
La autora ha confesado, por su parte, que, cuando lee, lo que más le interesa de las novelas es "la introspección y la psicología de los personajes, sentirse reflejada en emociones y sentimiento recónditos, que en ocasiones ocultamos por considerarlos sórdidos e inapropiados, pero que son, en realidad, universales".
Así, con esta novela, su intención era "exponer a los personajes a una situación extrema y analizar el modo en que la protagonista se va enfrentando, una por una, a las consecuencias inesperadas de una agresión sexual, y también las reacciones de la gente de su entorno, que le otorgan al trauma distintos niveles de gravedad".
Para la estructura narrativa, Araújo opta por ofrecer al lector diferentes puntos de vista, con el objetivo, ha dicho, de "reflejar la complejidad de los dilemas y los puntos flacos que afectan a todos los seres humanos".
El origen de Mira a esa chica, según la autora, se sitúa en lecturas de varias noticias en la prensa y en algunas series que vio que abordaban también el tema, y para la aproximación psicológica y poliédrica fue fundamental, revela Araújo, la novela Hermana mía, mi amor, de Joyce Carol Oates, que se basaba en un hecho real, el asesinato de una joven participante de un concurso de belleza.
Además de su interés por la adolescencia desde siempre, la autora tuvo que documentarse para describir la escena del hospital, para conocer el protocolo que se sigue en estos casos, leyó transcripciones de juicios y completó ese proceso hablando con un abogado y una psicóloga.