¿Te imaginas levantarte por fandangos con La Paquera de Jerez y desayunar con Marco Flores? ¿Y, después, tomar clase con Manuela Carrasco y comer con El Yiyo? ¿Y dar clase con Eva Yerbabuena por la tarde? ¿Y cenar con Karime Amaya y, después, escuchar a Blanca del Rey bajo las estrellas? “Así es un día en Campamento Flamenco”, apunta María Farelo, codirectora del proyecto creado el año pasado junto a Cristian Pérez, del que se cumplen cuatro ediciones.
La pasión por el flamenco no tiene edad. “Nos vienen alumnos desde los 14 hasta los 53 años, pero admitimos excepciones de 12 y 13 si llegan al nivel mínimo requerido”, añade Cristian Pérez sobre esta incubadora de nuevos talentos de nuestro Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, muchos de los cuales ya trabajan como solistas en tablaos y compañías.
Cada campamento recibe la visita de 18 directores de tablaos nacionales, que seleccionan a estas jóvenes promesas gracias al acuerdo con el Proyecto Impulsa de Camp of dance. “Un 15% ya se han integrado en el mercado laboral del flamenco”, explica Farelo. Por ejemplo, Raquel Lara, alumna destacada del verano seleccionada ya por 11 tablaos. Entre otros, colaboran Cardamomo y Carboneras, en Madrid; Flamenco City Hall y Palau Dalmases, en Barcelona; Teatro Flamenco, en Sevilla; La Soleá y Jardines de Zoraya, en Granada; Alegría, en Málaga; Puro Arte, de Jerez…
La presentación en Corral de la Morería incluyó la participación especial de Florencio Sanchidrián, Embajador Mundial del Jamón Ibérico, que impartió una inédita cata por bulerías. Le acompañaron Paz de Manuel al cante, Antonio González al toque y Cristián Pérez al baile, además de una selección de alumnas lideradas por Raquel Lara que interpretaron por tangos y alegrías. Introdujo el acto Juan Manuel del Rey, director de Corral, con la participación también de La Lupi y Mirian Herrero, una apasionada alumna de 46 años.
En plena era de la experiencia digital y las redes sociales como espacio de difusión de las artes, Campamento Flamenco recupera la cercanía de la vieja escuela, “el aprendizaje que solo da el trato en vivo y en directo”.
“Antes de Internet, incluso del cine y de la televisión, el flamenco sólo se transmitía de tasca en tasca, de fiesta en fiesta, de camerino en camerino…”, explica La Lupi, bailaora madrina del campamento y maestra de sus tres ediciones anteriores. “Para que se te pongan los pelos de punta, el misterio hay que palparlo”, añade.
Entre otros países, al campamento llegan alumnos de Portugal, Francia, Italia, Alemania, China, Japón, México, Argentina, Colombia, Ecuador… “Una chica vendió su coche para venir desde Perú; otro vino desde Georgia (EE.UU)…”, subraya Farelo.
Además de seis horas de formación diaria en baile, cante e historia del flamenco, se organizan entrevistas donde los maestros comparten sus experiencias. “Se elimina el escalón que separa a la estrella de su admirador”, apunta Cristián Pérez, gracias también a la convivencia en comidas y cenas y actividades al aire libre, como los paseos en bicicleta. En la edición de verano también se monta en piragua y a caballo, además de pesca, tiro con arco, rapel… La finca de 150 hectáreas cuenta con dos piscinas, río y lago.
Las clases se imparten en tres aulas de 50 metros cuadrados y suelo diseñado para el baile flamenco. “Prescindimos de espejos, para agudizar la percepción a través de otros sentidos como el oído”, señala Cristián Pérez. El menú se cocina al momento y los alumnos se hospedan en cabañas de madera para 6-10 personas. Una de las sorpresas de la edición de Navidad es el concierto ‘Zambomba Flamenca’ del sábado, 3 por la noche, con Paz de Manuel, José Luis Hernández, Noelia ‘La Negri’ y Teresa Hernández al cante.
Sus dos anteriores ediciones ya contaron entre sus maestros con Farruquito, Karime Amaya, Antonio Canales, Eva Yerbabuena, El Yiyo, Jesús Carmona, Raquel ‘La Repompa’, Blanca del Rey, Marta Carrasco, Carmen ‘La Talegona’…
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