La herencia genética, el estrés o la ansiedad, determinadas afecciones médicas o los cambios hormonales o estacionales son algunos de los factores más comunes que, frecuentemente, pueden provocar la caída de pelo y, de hecho, se estima que el 50% de la población se enfrentará a esta pérdida en algún punto de su vida.
Sin embargo, existen otros condicionantes que también podrían influir en sufrir algún tipo de calvicie, como llevar de forma frecuente algunos peinados como moños, coletas, trenzas, rastas u extensiones, ya que su uso prolongado podría desembocar en la aparición de la alopecia de tracción, según Hospital Capilar.
“El hecho de llevar moños o peinados tirantes en determinados eventos, o bien en días concretos, no causará alopecia de tracción, aunque si se llevan de forma permanente o repetitiva durante meses u años, sí podrían llegar a producirla, así como la utilización prolongada de accesorios como gomas y pinzas, que también pueden generar tensión en el cuero cabelludo, sobre todo en pelos finos y con poca densidad. Este tipo de alopecia, además, puede sucederle a cualquier persona y, en estos casos, la raíz del pelo terminará debilitándose y el cabello no volverá a ser el mismo e, incluso, podría crecer con menor fuerza”, explica el Dr. Joaquín Domínguez, de la clínica.
La alopecia de tracción es aquella que se origina a consecuencia de la tirantez prolongada sobre el cuero cabelludo por peinados tirantes o coletas muy apretadas, siendo también muy común en personas de etnia africana o afroamericana por peinados como las trenzas africanas.
En estos casos, los tallos pilosos se ven sometidos a una gran tensión, especialmente en zonas como las patillas, sienes o frente, y la pérdida de cabello aparece por la tracción mecánica que genera la rotura y curvado del pelo, que provoca que, poco a poco, éste se desligue del folículo y se cierre por completo, no volviendo a nacer más.
A pesar de que este tipo de alopecia es reversible si se actúa de manera temprana, es importante recalcar que, si no se cambia el hábito a tiempo, el folículo piloso podrá llegar a sufrir un daño irreparable que, por ende, hará que el pelo no se recupere.
A este respecto, el doctor Domínguez señala que “si el paciente ha mantenido el peinado durante poco tiempo, lo más normal es que la alopecia se revierta al haber eliminado la causa de la caída que es la tracción, pero si ésta es muy prolongada en el tiempo, puede ser irreversible, al producirse una alopecia cicatricial”.
Por su parte, algunos de los primeros síntomas inequívocos que indican que existe un daño en el cabello son la pérdida de densidad en la primera línea, así como sentir una sensación de alivio cuando deshacemos el peinado, dolor de cabeza, enrojecimiento e inflamación en el cuero cabelludo, picor, escozor o irritación en la piel o sufrir una descamación leve o moderada.
Por ello, será fundamental acudir a un especialista que determine si existe este tipo de alopecia y la fase en la que se encuentra la misma, ya que todo dependerá de un diagnóstico correcto e individualizado.
Con el fin de prevenir la pérdida de cabello causada por la alopecia por tracción, los expertos recomiendan no recurrir de forma habitual a recogidos y peinados muy tirantes o accesorios como cintas, bandas elásticas o diademas que suelan apretar mucho, y evitar, en la medida de lo posible, el uso nocturno de rulos o llevar de forma frecuente extensiones que, al implicar el uso de pegamento para fijarlas, originarán una tensión en las raíces del cabello que puede llevar, seguidamente, a padecer este tipo de alopecia.
“Se aconseja realizar descansos periódicos de este tipo de peinados tirantes, que ayuden al propio riego, así como el uso de gomas gruesas o coleteros de tela o terciopelo que no aprieten de forma extrema y se deslicen. Por otra parte, también es conveniente no llevar a cabo desenredados agresivos con el cabello mojado, al ser otro factor que repercutirá muy negativamente en nuestra salud capilar y contribuirá a tirones y roturas”, subraya el especialista de Hospital Capilar.
Por otro lado, se debe limitar la utilización de productos cosméticos como lacas, gominas o fijadores, ya que, si son usados de forma excesiva, pueden degradar la fuerza y calidad del tallo piloso por los componentes químicos que contienen, dañando irreversiblemente la cutícula. Además, es importante recalcar que, si estos elementos no se retiran y lavan adecuadamente, pueden llegar a obstruir el poro del folículo.
Por último, el doctor Domínguez recalca que “además de retirar los peinados que la producen, en casos iniciales se podrá optar por el uso de productos que ayuden a fortalecer el cabello y su propia densidad, como determinados sérums capilares, así como tratamientos con lociones y champús específicos con fármacos, que tratarán la inflamación que se produce en el cuero cabelludo a consecuencia de la tracción.
En los casos más severos, en los que se produce una alopecia irreversible, se podría plantear la reconstrucción quirúrgica de la zona mediante trasplante capilar”.