El 18 de octubre de 2022, los adjuntos de la unidad de Urgencias del Hospital Público Infanta Sofía, tras llevar años alertando de los riesgos que conllevaba el deterioro progresivo de su servicio sin ser escuchados, y habiendo llegado a una situación insostenible que ponía en grave riesgo la seguridad de los pacientes y la viabilidad a corto plazo de la misma unidad en si, decidimos convocar una huelga indefinida. Esta difícil decisión sin precedentes se toma como último recurso y con la única finalidad de poner en conocimiento de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid un problema que la Dirección-Gerencia del centro se negaba a asumir.
Nuestra primera gran sorpresa fue darnos cuenta de que los datos que tenía la Consejería de la situación de nuestro servicio eran erróneos. Tras contrastar y confirmar la verdadera situación de la unidad, se nos informa de que existe un contexto generalizado de falta de médicos en la Comunidad de Madrid y más aún de facultativos que quieran dedicarse a la Urgencia Hospitalaria, cuestión que llevamos, por otro lado, años denunciando, fruto del maltrato sistemático de los profesionales, tanto de primaria como de los equipos de atención sanitaria urgente, y que en el Hospital Infanta Sofía ha sido especialmente relevante.
Por estos motivos, la Consejería nos informa de que para poder disminuir el número de puestos a cubrir en la atención urgente continuada 24h que deberían existir y ante la imposibilidad de dotarnos del número de profesionales que se acerque si quiera al mínimo necesario para cubrir la demanda asistencial, va a establecer una serie de medidas de ejecución inmediata.
Con el objetivo de que los pacientes que estén ingresados y en espera de cama sean asumidos por los facultativos de las diferentes especialidades que les corresponda en planta, lo que por otro lado resulta más que lógico, así como la implicación de las distintas especialidades médico-quirúrgicas en la valoración de los procesos específicos de su área competencial en primera llamada desde el triaje de la puerta de urgencias y una redistribución de las guardias de los residentes, para que aquellos con más años de experiencia, aumenten porcentualmente sus horas de actividad en la unidad.
Ante estas medidas y los seis contratos que se dan (de los 15 que eran necesarios para cubrir la plantilla), y siendo conscientes de nuestra responsabilidad con la población, decidimos desconvocar la huelga.
Desde entonces, y van más de dos meses, la Gerencia de nuestro hospital no sólo no ha puesto en marcha ni una sola de las medidas acordadas en el documento de salida de huelga, sino que se ha negado a recibir a ningún representante del comité que participó en las negociaciones, ninguneando a una plantilla exhausta y que lleva lidiando meses en precario con una sobrecarga asistencial desproporcionada, provocando que la situación asistencial y de seguridad de los pacientes haya empeorado aún más.
El pasado 22 de diciembre, en la reunión de seguimiento de los acuerdos de salida de huelga con la Consejería representada por la jefa de Recursos Humanos, Doña Raquel Sampedro, y el gerente de Hospitales, Don Jesús Canora, nuevamente se nos trasmite su total desconocimiento de la situación de la unidad. Habiendo sido informados, según dicen, de una serie de medidas que ya se habían implantado y que todo el resto lo serían antes de fin de año. Mostrando su absoluto asombro al ser informados que nada de eso era cierto.
Cerramos la reunión con el compromiso formal de una llamada esa misma tarde al gerente del centro, Don Antonio Romero, para dejar claras las directrices a seguir y posteriormente una llamada al comité de huelga en menos de una semana para asegurarse que todas las medidas ya estaban ejecutadas.
A día 10 de enero, no existe ninguna medida en ejecución, los pacientes esperan hasta tres días antes de subir a planta y siguen a cargo de una plantilla de urgencia incapaz de poder atender a la enorme demanda asistencial. Se habilitan zonas de espera para colocar camas sin poder guardar las mínimas normas de seguridad e intimidad. Y, mientras tanto, no sabemos nada de la Consejería, o nuestra Gerencia.
Por esto nos preguntamos: ¿Existe alguien al timón de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid? ¿Son las reuniones con la Consejería meras pantomimas, en las que se establecen compromisos que no tienen ninguna intención de cumplir o es que no existe la mínima jerarquía organizativa para que las decisiones coordinadas desde Sagasta se ejecuten?
En estas circunstancias, nos vemos obligados a poner esta situación en conocimiento de la opinión pública y valoramos retomar la huelga indefinida si no existe una repuesta inmediata de la administración, con el fin de garantizar la salud y seguridad de pacientes y profesionales.