La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, han depositado este sábado una corona de laurel ante la placa en la Real Casa de Correos que recuerda a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004, en Madrid, así como a los servicios de emergencias y ciudadanos que las auxiliaron, coincidiendo con el 19º aniversario. La corona luce las banderas de España, la Comunidad de Madrid y la ciudad de Madrid.
Al inicio de la ceremonia, a las 10.00 horas, han tañido durante dos minutos las campanas del reloj de la sede de la Presidencia regional, junto con las de las iglesias de toda la Comunidad de Madrid.
De hecho, se han podido escuchar la de los templos más cercanos al kilómetro cero (Catedral de la Almudena, Colegiata de San Isidro, Real Basílica de San Francisco el Grande, Basílica Pontificia de San Miguel, Iglesia de San Ginés, Iglesia de Santa Cruz, de San Nicolás de Bari, San Sebastián o Santiago, entre otras). Posteriormente, la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid ha interpretado Adagio for Strings, de Samuel Barber, y para finalizar ha sonado el Himno Nacional de España.
En el homenaje han participado la presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo, Mayte Araluce; la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Dori Majali; el presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Tomás Caballero; y el presidente de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Eulogio Paz.
Al acto han asistido todos los consejeros del Gobierno regional, además de la presidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo, y la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Mercedes González. También han acudido los portavoces de los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid, la vicealcaldesa y concejales del Ayuntamiento de la capital y el presidente de la Federación de Municipios de Madrid.
Almeida ha subrayado que “nunca debemos olvidar a las víctimas y debemos estar siempre con ellas y sus familiares”, por eso entiende que es “obligatorio hacer este ejercicio de memoria, que también es de futuro”, porque Madrid es una ciudad libre y acogedora que “debe construir su futuro sobre la tolerancia, la convivencia y sobre la memoria de aquellos que con su vida han pagado el fanatismo y la intolerancia”.