El delegado de Medio ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha inaugurado este espacio, que consiste en un área de paseo y encuentro en el que disfrutar de 19 figuras arquitectónicas en forma de pirámide, que representan a cada uno de los países americanos que forman parte de la cumbre.
En cada una de las pirámides instaladas se ha plantado un olivo bicentenario. Entre el entramado de las figuras se ha ubicado una plaza rectangular, en la que se ha plantado un olivo de tres pies que representa a los países de la península ibérica: Andorra, España y Portugal.
Esta especie tiene gran presencia tanto en la península, como en el continente americano y es considerado como un símbolo de paz, longevidad e inmortalidad, imagen de la resistencia y la renovación por su capacidad de prosperar en condiciones adversas.
Para la decoración de las pirámides se han elegido colores de "gran significado". El rojo, color del fuego, el núcleo del planeta Tierra; naranja es la sociedad y la cultura, la preservación y procreación de la especie humana; amarillo es la energía y la fuerza, expresión de los principios morales; verde es la economía y la producción agrícola, riquezas naturales de la superficie y el subsuelo, la flora y fauna.
También se ha empleado rosa, que es la política, la expresión del poder de una sociedad armónica; azul es el espacio cósmico, el infinito, la expresión de los sistemas estelares y los fenómenos naturales.
El número de esculturas se relaciona con el número de países que forman parte de pleno derecho de la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno, conformada por países que mantienen vínculos históricos, culturales y económicos entre América y Europa.
Las cumbres se iniciaron en 1991, con la participación de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.