Todo comenzó cuando un amigo le comentó a Ulises Bértolo (Madrid 1967, aunque con ancestros gallegos) que debería conocer a una mujer, porque su vida daba para una novela.
Cuando llegó la historia a sus manos, Bértolo asegura que tuvo dudas. "No me interesaba contar una historia más sobre narcotráfico", explica. Sin embargo, a medida que fue conociendo más detalles de la 'Operación Temple' y que tuvo la oportunidad de entrevistarse con la 'Dama del Norte', las cosas cambiaron. Bastante.
El escritor madrileño se sumerge en la historia de la mujer que, desde un pequeño pueblo minero de Asturias, fue creciendo hasta liderar el narcotráfico en España, un negocio ilegal y siempre dominado por hombres; cómo se fue recomponiendo de las adversidades y problemas, para acabar siendo la 'Rubia', la 'Dama del Norte' y controlar una red internacional de narcotráfico en Colombia.
Bértolo la visitó varias veces en la cárcel para conocer, en primera persona, sus miedos, sus porqués y su historia, más allá de los sumarios judiciales, de manera que presenta su historia desde que era una niña y, después, una joven que empezó a tener la posibilidad de ganar dinero, hasta ser la líder de una gran organización y dirigirla con mano de hierro en guante de seda.
"Me bastaron diez minutos para quedar absolutamente prendado después de conocerla, y me pareció muy interesante desgranar su historia e ir tirando del hilo", afirma sobre Garrido, que nació en un pueblo asturiano, en una familia religiosa de mineros, hasta que le ocurrió un "hecho terrible de niña" que marcó un punto de inflexión en su vida, algo que "la impulsó a rebelarse contra el destino, que hizo que perdiese la fe y que la llenó de rabia", según el escritor.
"Buscó ganar dinero, para ganarse su libertad y la capacidad de estar protegida. Durante la entrevista con el autor, "se mostraba muy reticente, al principio, a hablar de su vida personal; quería mantener el control de la situación, construyendo una especie de muro", añadide Bértolo.
Paso a paso, empezó a abrirse con el escritor y a explicarle que su cuñado fue una puerta al mundo del narcotráfico, aunque "el camino lo hizo ella sola" y que ganó "posición, prestigio y un nombre, en un mundo liderado por hombres, con esfuerzo, trabajo y astucia".
Garrido fue detenida en 1999 y condenada a más de 30 años de prisión, por la incautación "del alijo más importante de Europa", y su papel dentro de la organización era el de nexo entre un grupo criminal colombiano y los narcotraficantes gallegos.
Según se narra en la novela explica, la policía estuvo tiempo detrás de esta organización, y los agentes supieron encontrar "el punto y el momento para atacar y desmantelarla", tras varios años de escuchas y seguimientos a los miembros del grupo.
"Hay que tener en cuenta que, en esta industria, no todos son asesinos despiadados. Hay gente normal, que acaba involucrada en el crimen por seguír un determinado camino en la vida; el dinero es lo que tiene. El ser humano es corrompible. Lo fascinante es que el lector llega a empatizar con Ana. Sus emociones, anhelos y deseos no son distintos de los nuestros. El lector se puede preguntar: ¿podría yo llegar a hacer algo que jamás hubiera imaginado?", plantea el autor.
Se habla en esta historia de sucesos, lujo, excesos, defectos, sentimientos, miedos, carencias, cambios de identidad y de su hijo, "el único hombre que nunca le ha fallado".
"El miedo a que a uno lo pillen está siempre presente. El miedo es un hilo conductor en esta historia y Ana tenía la capacidad de controlar este miedo, supongo que por la sangre minera, acostumbrada a luchar contra la adversidad", añade Bértolo.
Cuenta que Garrido le dijo una vez que "esta es la vida que me ha tocado vivir, la vida que he vivido" y que, desde que está en prisión, el tiempo no pasa igual.
"Si tú no ves el final, los días en prisión se convierten siempre en lo mismo. Son una especie de gris, siempre el mismo color. En su caso, ella dejó fuera a un niño muy pequeño. Cada día que pasa, su hijo se hace un poco más mayor. Este choque del paso del tiempo me pareció tremendo", finaliza Bértolo.