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Secretos de la isla más tranquila del Mediterráneo

El más alto de todos los faros de Menorca se erige en un islote deshabitado, que se encuentra en el extremo sureste de la isla. L’Illa de l’Aire es uno de los rincones más especiales de Menorca y, probablemente, el faro de más difícil acceso. (Foto: Barcelo Nura).

Este establecimiento es un referente del turismo más verde, por su respeto a la orografía y el entorno donde se encuentra

Jon M. Rhode | Martes 15 de agosto de 2023
Ubicado en el municipio de Sant Lluís, el hotel Barceló Nura propone un recorrido por la isla más tranquila del archipiélago balear, descubriendo algunos de sus secretos todavía ocultos.

La isla más tranquila del Mediterráneo guarda todavía rincones ocultos, calas en las que querer reservar un trozo en la orilla y lugares para desear que sea verano todo el año.

Por sus playas paradisíacas, su gastronomía mediterránea y su ambiente cálido y acogedor, Menorca enamora a todo aquel que llega a la isla. En mitad de este paraíso, se encuentra el hotel Barceló Nura, un proyecto que respeta la orografía y el ecosistema mimetizándose con el entorno, lo que ha llevado a convertirse en todo un referente del turismo verde.

A medias entre un hotel y un refugio natural, Barceló Nura propone un recorrido por la isla menos frecuentada del archipiélago balear, para descubrir algunos secretos que siguen todavía ocultos.


Tradición menorquina

Ubicado en el municipio de Sant Lluís encontramos Barceló Nura, diseñado siguiendo una premisa clara: velar por el cuidado del entorno y la tradición de la isla.

Mimetizado con el entorno, se define como un establecimiento sostenible, con clara vocación responsable no sólo con el medioambiente, sino también con el entorno en el que se encuentra.


El proyecto de arquitectura ha sido concebido a partir de elementos constructivos que respetan el entorno y la orografía natural de la isla. ADN local que se materializa también en el uso de colores naturales y terrosos y una edificación que no destaca en altura en aras de respetar el paisaje. En cuanto a los materiales empleados, destaca la predilección por aquellos relacionados con la edificación tradicional, empleados en las construcciones locales. Así, abundan la piedra natural, a la usanza de los tradicionales vallados menorquines, y la madera, aplicada sobre estructuras ligeras en zonas de sombra.


Cala Biniancolla, una joya secreta

A pocos metros de Barceló Nura encontramos una de las joyas secretas de la costa sur de Menorca. Este litoral menorquín destaca por sus casas. Pequeñas villas blancas, de no más de dos pisos, construidas por los antiguos pescadores en la década de los años 60.


Cala Biniancolla es una de las calas más desconocidas, habitualmente frecuentada por gente local, por lo que la hace perfecta para darse un chapuzón en aguas turquesas y cristalinas, disfrutando de un lugar tranquilo y tradicional en Menorca.


L'Illa de l'Aire, fondear en el paraíso

Los faros de Menorca despiertan una gran atracción en los recién llegados a la isla, en ocasiones incluso antes de haber aterrizado en la misma. Su emplazamiento en puntos aislados de naturaleza agreste, la mezcla de azules marinos y turquesas de las aguas del Mediterráneo, el misterio y el romanticismo que siempre acompaña a este tipo de construcciones... Todo suma para generar una atmósfera mágica en torno a los distintos faros de Menorca.

El más alto de todos los faros de Menorca se erige en un islote deshabitado que se encuentra en el extremo sureste de la isla. L’Illa de l’Aire es uno de los rincones más especiales de Menorca y, probablemente, el faro de más difícil acceso de todos, ya que la única posibilidad para visitar es hacerlo desde el mar a través de una embarcación.

Ideal para fondear y practicar snorkel en las aguas cristalinas de sus cuevas y calas salvajes, en dicho islote vive la lagartija negra, una de las especies endémicas de Menorca.


'Oasis Marinos': arte, ética y sostenibilidad

Barceló Nura presenta su colaboración con la escultora Arina Antonova y la diseñadora Antonia Gómez en la creación de la escultura Oasis Marinos. Una colaboración que parte de una filosofía común: proteger, conservar y regenerar mares y océanos, especialmente el hábitat marino de Menorca.

El hotel ha creado un espacio en el lobby que anima a reflexionar a sus huéspedes sobre el cuidado del océano y su hábitat a través del arte y reconfirma su posicionamiento como un hotel sostenible, que pone en alza el entorno privilegiado en el que se ubica y la importancia de su preservación.

La pieza Oasis Marinos da la bienvenida al hotel. Cargada de significado y belleza, explora el paisaje marino con una visión positiva: reflexiona sobre la relación entre naturaleza, cultura y seres humanos a través de una sostenibilidad activa.

La obra está formada por un total de 27 piezas creadas a mano por Arina Antonova, con formas y gamas cromáticas que nos llevan a los fondos marinos, con elementos y detalles que reproducen con un singular realismo la vida submarina del Mediterráneo.


Menorca desde las alturas

Para los amantes de las alturas existe un lugar desde donde divisar Menorca. El monte Toro es el punto más alto de la isla, con una altura de 358 metros, que permite divisar desde su cima todo el contorno de la isla y, si el día es favorable, hasta se puede llegar a ver Mallorca.

Habitada por clérigos en la antigüedad, monte Toro cuenta con el Santuario de la Virgen de Monte Toro, construido en el siglo XVII sobre una iglesia gótica que, en la actualidad, está habitado por monjas de clausura y una pequeña versión del Cristo Redentor.


El ascenso al monte Toro no entraña ninguna dificultad y puede hacerse en coche, en bicicleta o caminando. Un paseo a la montaña más alta de Menorca y visitar uno de los mejores lugares para ver el amanecer o el atardecer.

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