Nos encontramos en la época más calurosa del año y la exposición a altas temperaturas, sin la correcta hidratación, puede provocar serios problemas en nuestra salud, como puede ser un golpe de calor. El golpe de calor es una condición médica grave, que puede afectar a personas de todas las edades, pero es especialmente peligroso para los niños pequeños, los ancianos y aquellos con problemas de salud subyacentes.
"Los golpes de calor son una de las formas más graves de lesión por calor, no debemos subestimarlos. Si se dan, es importante detectarlos cuanto antes para establecer el tratamiento adecuado y mejorar el diagnóstico", comenta la Dra. Mara Karaim, jefa de Urgencias del Hospital El Pilar.
Un golpe de calor ocurre cuando el cuerpo no puede regular adecuadamente su temperatura interna, lo que provoca un aumento peligroso y potencialmente mortal de la misma. Esto suele ocurrir cuando estamos expuestos a altas temperaturas y alta humedad durante un período prolongado. Las altas temperaturas, combinadas con la exposición directa al sol o ambientes calurosos y cerrados, pueden sobrecargar los mecanismos de enfriamiento natural del cuerpo, como la sudoración.
Síntomas del golpe de calor:
– Temperatura corporal elevada (generalmente por encima de 40 °C).
– Piel seca y enrojecida.
– Pulso rápido y fuerte.
– Dolor de cabeza intenso.
– Mareos o desmayos.
– Náuseas o vómitos.
– Confusión o delirio.
– Respiración rápida y superficial.
La Dra. Karaim nos recuerda la importancia de estar alerta ante estos síntomas ya que "un golpe de calor puede evolucionar rápidamente y llevar a complicaciones graves como daño cerebral, fallo orgánico e incluso la muerte".
Cómo prevenir un golpe de calor
– Mantén una hidratación adecuada: bebe abundante agua, incluso si no sientes sed. Evita el consumo excesivo de alcohol y bebidas con cafeína, ya que pueden contribuir a la deshidratación.
– Evita la exposición directa al sol: busca sombra y refréscate en lugares frescos, especialmente durante las horas más calurosas del día.
– Vístete adecuadamente: usa ropa ligera, de colores claros y de tejidos transpirables. Protege tu cabeza con un sombrero de ala ancha.
– Limita la actividad física intensa: si es posible, evita realizar actividades físicas extenuantes durante los días más calurosos.
– Utiliza sistemas de enfriamiento: ventiladores y aires acondicionados pueden ayudar a mantener un ambiente fresco en tu hogar.
Si observas que alguien presenta síntomas de golpe de calor, es fundamental actuar rápidamente:
– Llama al servicio de emergencias médicas de inmediato.
– Mientras esperas ayuda, traslada a la persona a un lugar fresco y sombreado.
– Refréscala aplicando paños húmedos en la piel o rociándole agua.
– Ofrece agua para beber, si la persona está consciente y no presenta signos de confusión.
– No le des medicamentos para bajar la fiebre, ya que esto puede empeorar la situación.
"Lo primordial es mejorar la termorregulación de la persona que esté sufriendo el golpe de calor, pero nunca mediante inmersiones o baños. Esta práctica sería contraproducente, ya que pasar repentinamente de una temperatura de 40 grados a 20 grados o menos puede ser extremadamente peligroso. Ante este brusco contraste, nuestro sistema circulatorio puede sufrir un 'shock' que, incluso, podría llevar a la muerte", advierte la Dra. Karaim. Por lo tanto, es esencial saber cómo actuar frente a esta situación.
Recuerda que el golpe de calor es una emergencia médica, que requiere atención profesional. La prevención y la rápida actuación son fundamentales para proteger nuestra salud y la de nuestros seres queridos durante los días calurosos del año.