Se trata de "una ocasión única" el poder ver a un pintor de "gran trascendencia a nivel mundial", afirmaba uno de los expontáneos que, desde la distancia, contemplaba el trabajo del artista este jueves. Asegurado que su trabajo es "muy original", pero que no había querido hablarle para "respetar su trabajo".
"Es un mérito que no se distraiga con tanta gente alrededor. Está ahí, súper concentrado. Parece que se mete en su pintura y no le influye nada. Me parece que decirle cualquier cosa sería importunarle y por eso no lo hago", ha reconocido.
Otra amable visitante señalaba que era "un gusto para todos los sentidos" verle trabajar e, incluso, afirmaba que para ella era como ver, en la actualidad, a pintores como Velázquez o Goya. "Es maravilloso", reiteraba.
Otra joven de entre los asistentes a la sesión diaria de pintura de López indicaba que sabía que el artista estaba trabajando en la puerta del Sol estos días y que por eso se había acercado. Para ella, "es extraordinario todo lo que hace" y ha lamentado que en el exterior "no lo conozcan tanto, porque su obra es increíble".
"Sigo su trabajo desde hace muchos años y me parece impresionante tener la oportunidad de verle trabajar. Es un lujo verle en directo. Me da hasta pena, porque no quiero agobiarle. Somos muchos por aquí", trasladaba.
Antonio López nació en Tomelloso, en 1936, se inició en la pintura con su tío Antonio López Torres y cursó estudios de pintura en la madrileña Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, donde fue también docente.
Después de una primera etapa influida por el cubismo y el surrealismo, desarrolló un lenguaje personal "más próximo a la objetividad".
Figura clave de los Realistas de Madrid, su obra forma parte de la colección permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y de Patrimonio Nacional, entre otras instituciones.