Recibo con desagrado y preocupación que el Banco Central Europeo (BCE) haya decidido, el pasado jueves, volver a aumentar un cuarto de punto los tipos de interés, dentro de su lucha contra la inflación.
Creo, sinceramente, que este es un grave error, que ahonda en la desaceleración económica de nuestros socios europeos y de nuestra propia economía, a la vez que ahoga la demanda interna (responsable de la mitad del crecimiento que se está produciendo en nuestro PIB) y los proyectos inversores como consecuencia del endurecimiento de las condiciones de financiación, y el sector exterior, el otro factor importante para que la economía española haya mantenido el tono dinámico durante la primera mitad del año y es de esperar que esta evolución se modere gradualmente, en gran parte por la contención que los datos del sector exterior, hasta hace poco uno de los grandes responsables del crecimiento registrado.
Como ya dije en mi intervención del pasado martes en Nueva Economía Fórum, la inflación que estamos sufriendo es más de oferta que de demanda y eso hace que las recetas clásicas no sean las que funcionen.
Todos sabemos que cuando hay un recalentamiento de la economía, porque la demanda supera a la oferta, se provoca, automáticamente, una subida de precios, la forma de enfriar la economía se produce subiendo los tipos de interés del mercado y lo que sucede es que la demanda va bajando y, evidentemente, los precios o se paralizan o descienden.
Al ser de oferta, esto no funciona así. Las recetas clásicas de subidas de tipos de interés pueden provocar un freno a la demanda interna, y debemos tener en cuenta que una de las palancas fundamentales que nos está funcionando –que supone más del 50% del PIB– es precisamente la demanda doméstica, motor importante que genera crecimiento, inversión y empleo. Pero además, puede provocar un mayor enfriamiento de las economías de nuestros socios europeos, y en especial de Alemania, y reducir nuestras exportaciones.
Debido a esto, aún siendo conscientes de la situación de la inflación en el resto de Europa y en concreto en Alemania, planteé en mi intervención en Nueva Economía Forum que es el momento de que el Banco Central Europeo relaje la política monetaria. Lamentablemente, el BCE ha actuado en sentido contrario y, a mi juicio, pasándose de frenada, lo que nos puede llevar a la estanflación.