En concreto, se han encontrado restos fósiles de gran tamaño que corresponden a ocho ejemplares parcialmente completos de la especie 'Gomphotherium angustidens', de los que se han recuperado mandíbulas, colmillos, fémures, húmeros y caderas completas.
Según ha detallado el Consistorio, se trata de un antepasado lejano de los modernos elefantes africanos, que vivió en la zona junto a tortugas gigantes, carnívoros de gran tamaño y antepasados de los actuales caballos, ciervos y jabalíes.
Debido a un periodo de aridez y disminución de las temperaturas ocurrido hace unos 14 millones de años, una manada de elefantes se refugió en esa zona debido a la existencia de un reducto de alimentación y agua, siendo allí donde parte de dicha manada moriría debido a la falta de alimentos. Posteriormente, una gran riada cubrió los restos de las carcasas, lo que permitió su conservación y que estas fosilizaran.
Esta especie extinta de elefante tenía una talla de unos cinco metros de longitud por tres de altura y podía alcanzar un peso de unas 2,5 toneladas. Poseía cuatro colmillos: dos superiores, divergentes y curvados hacia abajo, y dos inferiores, algo más cortos. Asimismo, se estima que su trompa era más corta que la de los elefantes actuales.
El Gomphotherium angustidens vivió durante el Mioceno inferior y medio, hace entre 16 y cinco millones de años, en el centro y sur de Europa, la península arábiga y el noreste de África, desde Túnez hasta Kenia. En la península ibérica se han hallado restos de esta especie en lugares cercanos, como Somosaguas y Carpetana, en Madrid, o en la localidad zaragozana de Villafeliche.
En la época de la que datan estos animales, los homínidos ni siquiera habían aparecido todavía en Europa, algo que no consta que sucediera hasta hace en torno a 1,4 millones de años en Atapuerca.
La excavación, en la que ha participado un equipo de ocho paleontólogos y arqueólogos, dirigido por Alessandro Giusto y Jorge Morín, comenzó en marzo y se ha extendido hasta el mes de agosto, abarcando una superficie aproximada de 800 metros cuadrados.
Desde el Ayuntamiento han destacado que los trabajos suponen "un importante hito, no sólo por la información obtenida, sino por el patrimonio recuperado".
Los fósiles han sido depositados en el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, en Alcalá de Henares, donde serán conservados. Asimismo, algunos de los ejemplares han sido prestados al Museo Nacional de Ciencias Naturales, donde se están estudiando en detalle.