Salamanca

Proteción para una joya del brutalismo, en Jorge Juan

La iniciativa, impulsada por el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, dota al local de la regulación normativa que permitirá su protección y hará viable su actividad comercial tras haber permanecido cerrado más de 35 años. (Foto: Ayuntamiento de Madrid ).

La antigua zapatería del barrio de Salamanca es obra del arquitecto madrileño Francisco Alonso de Santos

Paz Romanillos | Martes 26 de diciembre de 2023
El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado inicialmente el plan especial de protección y conservación del local comercial ubicado en la calle de Jorge Juan, 55, en el distrito de Salamanca, según ha anunciado la vicealcaldesa y portavoz municipal, Inma Sanz.

El área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad ha impulsado a iniciativa propia este blindaje, a través de la Dirección General de Planeamiento, alineándose así con las numerosas solicitudes procedentes de instituciones públicas, colegios de arquitectura y arquitectos.

El objetivo es ampliar los elementos actualmente protegidos de este inmueble, para asegurar la conservación y protección integral del local, a través de la regulación de las obras que pueden acometerse tanto en su interior como en el exterior, así como el régimen de usos compatibles y determinando, de forma pormenorizada, las medidas de protección adecuadas.

El edificio fue construido en 1910 y responde al tipo de inmuebles representativo de la construcción residencial de principios del siglo XX, propia del Ensanche del Plan Castro. Presenta, por tanto, características comunes a otros edificios de viviendas en este entorno.

El local derecho de la planta baja, objeto de este plan de protección y conservación, se reformó en varias ocasiones en el pasado. En 1986 presentaba una configuración en fachada ajena a la tipología histórica dominante y al diseño original del edificio, tras la implantación, desde 1976, de la actividad de venta de artículos de regalo.

Entre 1986 y 1987, el arquitecto Francisco Alonso de Santos ejecutó una obra de reforma del local, para instalar, inicialmente, en su interior una zapatería de lujo, ejemplo del estilo brutalista, sin que ni la obra ni esta actividad se hayan regularizado administrativamente o puesto en uso desde aquel momento.

Su divulgación entre arquitectos, debido a la condición del autor como profesor en una escuela de arquitectura, ha facilitado que el conocimiento de esta construcción haya trascendido, a pesar de que la ausencia de implantación del uso ha hecho que haya permanecido cerrado durante décadas.

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Brutalismo, en un local comercial

Esta obra consistió en la implantación de un objeto escultórico encastrado en el edificio de viviendas. Se trata de una de las pocas obras concluidas por su autor. Tras la terminación de los trabajos, en 1987, el local ha estado cerrado, sin actividad y sin transformación, hasta la actualidad.

Con sus imponentes bloques de mármol, robustas maderas macizas y su característica prolijidad en espejos, espejismos y texturas, concebido como un puzzle tectónico, en el que piezas de distintos materiales encajan entre sí, el espacio constituye para muchos un lugar único y una auténtica obra maestra de la arquitectura. Su robusta, intrincada y curiosa apariencia, unida al hecho de que durante años ha permanecido en un limbo, han hecho de esta zapatería una auténtica leyenda para el mundo de la arquitectura.

En 2017, se cedió en espacio a la Escuela de Arquitectura de Toledo para utilizar el espacio como centro de actividades académicas y culturales. Sin embargo, cuatro años después, en 2021, el propietario finalizó su acuerdo con la institución y puso el local en venta. Es así cómo ha terminado en manos de Ximena Alborta, empresaria boliviana dedicada al sector de la moda, y Manuel Rodríguez Aseijas, exdirectivo de compañías de la talla de Inditex o Coca-Cola. Según han publicado en redes sociales, el inmueble servirá de local a la franquicia inmobiliaria Coldwell Banker.

Ahora, con el expediente aprobado este jueves por el Gobierno municipal, se dota al local –de 199 metros cuadrados– de la regulación normativa que permitirá su protección y puesta en valor y, al mismo tiempo, hace viable su funcionamiento como establecimiento comercial, tras haber permanecido cerrado más de 35 años.

Según determina el expediente, este local del distrito de Salamanca es merecedor de protección y conservación en su estado actual, sin perjuicio de que puedan acometerse las obras necesarias para el desarrollo de actividades comerciales.


Restauración y respeto al proyecto original

En concreto, la nueva protección integral otorgada afecta a sus características espaciales, volumétricas y decorativas actuales, tanto interiores como exteriores, incluyendo sus acabados, materiales y detalles como los revestimientos y aplacados, pavimentos, falsos techos, mobiliario, carpinterías y cerrajerías, tal y como aparecen descritos en los planos y proyecto de Francisco Alonso de Santos.

La fachada, las escaleras y el patio interior deberán ser restaurados de forma obligatoria, para recuperar el estado descrito en el proyecto original. Las tres mesas circulares existentes se consideran parte consustancial del local, por lo que para la implantación de cualquier nuevo uso se deberá estudiar su integración en el desarrollo de la actividad. La mesa ubicada sobre la escalera deberá permanecer en su ubicación original.

Dentro del régimen de obras permitido en el plan especial, se establecen las actuaciones concretas que se pueden acometer sobre los elementos protegidos. En lo que afecta a las obras de conservación y restauración, se deberán emplear materiales y técnicas iguales a las del elemento en el que se actúe.

Respecto a los trabajos de acondicionamiento, se determina que no podrán alterarse las características de los elementos catalogados. Se permite la modernización de instalaciones existentes para ajustarlas a normativa en materia de climatización, siempre que se ubiquen en los espacios previstos para ello en el proyecto original.

También podrán autorizarse soluciones que supongan la mínima intervención sobre elementos protegidos para adecuar el local a las condiciones necesarias de seguridad, utilización, accesibilidad y de protección contra incendios, previo dictamen favorable de la Comisión Institucional para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural (CPPHAN).

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