En una visita en la que han estado guiados por Javier Ruedas, consejero delegado de Air City Madrid Sur, empresa propietaria de la infraestructura, los empresarios han recorrido las instalaciones de un aeródromo ubicado estratégicamente en la frontera entre las provincias de Toledo y de Madrid, y se han interesado su proyección y los tiempos que le llevaría poder convertirse en un aeropuerto complementario de Madrid-Barajas Adolfo Suárez.
Tras la visita, Ruedas ha recordado que España es el único país moderno en cuya capital hay un único aeropuerto, como es el caso de Madrid-Barajas; mientras que otras capitales europeas presentan más opciones.
Así, "Londres cuenta con seis aeropuertos y París tiene cuatro, desde los que se puede viajar a más de ochocientos y seiscientos destinos respectivamente", mientras que Madrid se ve limitado a una instalación aeroportuarioa "y un número mucho menor de destinos".
El proyecto de Casarrubios presenta como 'armas' su ubicación privilegiada, a sólo 30 kilómetros de la capital, con acceso a vías de comunicación de alta ocupación, al estar pegado a la autovía A-5.
Entre sus previsiones, una pista principal de 3.200 metros de longitud y una secundaria, de 1.500 metros, para vuelos de aviación general o ejecutiva. "El potencial de este segundo aeropuerto para Madrid es indiscutible. La Comunidad de Madrid lo valoró en torno a un 2% del PIB de la región cuando analizó el estudio que presentamos en 2018, con una creación de en torno a 40.000 empleos gracias a la infraestructura aeroportuaria que supondría", asegura el consejero delegado.
Esta misma valoración se produjo en Castilla-La Mancha, que estimó, según datos de Air City Madrid Sur, que su impacto podría estar próximo a la horquilla entre un 8% y un 10%. Y todo en un formato de colaboración público-privada, "que supondría uno de los proyectos con mayor potencial ahora mismo en Europa", afirma el responsable de Air City Madrid Sur.
La premisa que defiende la empresa promotora es que no puede haber un único aeropuerto en la capital, "que se clausure cada vez que haya un imprevisto, ya sea porque se cuela un dron en el espacio aéreo como ocurrió en 2020 o por una nevada como Filomena en 2021".
"Es una cuestión de debemos abordar cuanto antes y a eso, hay que sumar que la evolución del sector aéreo en los próximos años va a ser exponencial por la incorporación, principalmente, del mercado asiático y la creación de nuevas aerolíneas para conectar el mundo de este a oeste a través de Europa", afirma Javier Ruedas, que recuerda que Madrid tiene "un emplazamiento idóneo, importantísimo, que desde el punto de vista estratégico y geopolítico es algo que se debe aprovechar".
En 1978 se analizó esta zona para hacer el segundo aeropuerto de Madrid y todos los estudios arrojaron datos que venían a certificar que este emplazamiento "ya está consolidado aeronáuticamente, porque ya existe infraestructura".
"Estaríamos hablando de ampliar una estructura que lleva funcionando desde 1992, para convertirlo en el segundo aeropuerto de Madrid. Y, desde una perspectiva de idoneidad, les aseguro que, por todos los estudios que hemos hecho, no existe alternativa mejor que ésta", recalca Ruedas.
Una vez aprobado el plan maestro, el aeropuerto estaría operativo en cuatro años. Cuenta con una previsión de diez millones de pasajeros en sus primeros diez años, y una oferta de entre cuarenta y sesenta destinos nuevos. A esto habría que sumar la creación de casi 63.000 puestos de trabajo entre empleo directo, indirecto e inducidos y una inversión de 2.500 millones de euros.
Para 2041, sus previsiones alcanzan 18.700 millones de pasajeros a nivel mundial, con una flota aeronáutica de más del doble que la actual, razón en la que se basa este proyecto, ya que, tal y como enfatizan desde la entidad, "Barajas y Madrid necesitan seguir creciendo y ser sostenibles en el tiempo".