Una bolsa con una serie de objetos que el espectador recibe a su llegada al teatro, un teléfono móvil para recibir una serie de audios y unos auriculares para poder escucharlos son las herramientas necesarias para participar en 'Santa Eugenia', la experiencia escénica que la compañía Drift Productions pone en marcha por tercer año consecutivo y que aborda el fortalecimiento de las relaciones de comunidad en el barrio homónimo tras ser golpeado por los atentados del 11 de marzo de 2004, de los que este año se conmemora su 20 aniversario.
Con el respaldo de Teatro del Barrio, Santa Eugenia ofrece pases los sábados y domingos del mes de marzo –del 2 al 24–, en los que el espectador se desplaza desde este simbólico escenario en el corazón de Lavapiés hasta Santa Eugenia, en el distrito de Villa de Vallecas.
Cristina Marín Miró, Pablo Villa e Inés Collado son responsables de esta compañía y, junto con Inés González, crearon la pieza; una compañía que subraya la importancia de contar con espacios como Teatro del Barrio, pilares "fundamentales" para tener "oportunidades" para el teatro joven –ningún miembro de la compañía pasa de los 30– y no convencional.
Siguiendo los audios que recibe en su teléfono y valiéndose de los objetos de los que le harán entrega al comenzar, el espectador iniciará un recorrido "a su aire" siguiendo las instrucciones para reconstruir desde su propia perspectiva la experiencia que sacudió al barrio en 2004, un "homenaje" a las víctimas del atentado y del barrio, como destaca una de las almas de la compañía, Inés Collado.
Del total de 192 víctimas mortales que dejaron los atentados del 11M, 16 fallecieron en la explosión de un tren de cercanías de Santa Eugenia, acontecimiento que marcó la vida del barrio, como pone de manifiesto la obra.
Desde las 12.00 horas del mediodía, hora del primer pase, Santa Eugenia ofrece cuatro pases diarios de aproximadamente una hora y 45 minutos de duración, para un total de cien personas diarias (25 por pase), las cuales pueden reservar previamente a través de la web de Teatro del Barrio, al precio de 12 euros, o en la propia taquilla antes de cada pase por 14 euros.
Estrenada en 2022, en el marco de 'Domingos de Insurrección' del Teatro de La Abadía, Santa Eugenia ha tenido en anteriores ediciones como punto de partida este escenario, así como la estación de Atocha –otro de los puntos señalados por la barbarie terrorista–, si bien este año es el Teatro del Barrio el que marca la salida de esta experiencia escénica en la que el público, al devolver los objetos, mantiene un contacto directo con las responsables de la obra, lo que permite una mayor retroalimentación.
"Llegan con una sensación de paz, de un círculo cerrado", remarca Collado, que explica que la obra no lleva al público a un lugar "morboso", sino "de homenaje y cariño".
Para su desarrollo, hablaron con vecinos del barrio, tanto víctimas directas del atentado como otras que no lo fueron, pero "todas tuvieron un contacto" con la tragedia. "Ese dolor compartido fortaleció el sentimiento de comunidad", subraya Inés Collado, que explica que fue así como la investigación sobre el 11M llevó a estas creadoras a centrarse en los lazos que se tendieron en el barrio desde aquel día.
Iniciada en 2019, la compañía retomó esta investigación dos años después en 2021, antes de su estreno en 2022. "Ha sido algo macerando con el tiempo", subraya Collado, quien explica que las conversaciones con los vecinos de Santa Eugenia, algunos incluso llegados después de los atentados, como el caso del párroco, versaron sobre muy distintos temas, siempre con la premisa de "contar la historia, sin utilizar a las víctimas".
Concebida como ese "homenaje desde el corazón del barrio", la obra invita a sumergirse en los recuerdos, testimonios y reflexiones, que se entrelazan para reconstruir la historia y la identidad de la comunidad.
"Es un viaje de regreso a 2004, a los días previos a la tragedia que marcó a la ciudad de Madrid. Es un viaje que revela cómo, incluso después de dos décadas, el barrio sigue llevando consigo la huella indeleble de aquellos eventos. Pero, también es un viaje de memoria y reparación, mostrando cómo la adversidad puede unir y fortalecer a una comunidad", subrayan sus responsables.
Con ello se busca no revivir el dolor del pasado, sino "rendir un respetuoso tributo a la resiliencia y la solidaridad que han caracterizado a este barrio del distrito de Villa de Vallecas en los años posteriores a los atentados".