Esta semana, la consejera de Economía, Hacienda y Empleo, Rocío Albert López-Ibor, ha expuesto los datos de la Contabilidad Regional del cuarto trimestre de 2023 y del año pasado en conjunto, en el transcurso de un encuentro informativo organizado por la agencia Europa Press, destacando que la economía madrileña creció en 2023 un 2,9%, cuatro décimas más que la media del conjunto de España.
A partir de esta declaración, me gustaría hacer algunas apreciaciones al respecto. La primera es que este impulso económico no es fruto del azar, sino el resultado de políticas efectivas y un enfoque estratégico. Y la segunda es que el crecimiento económico no es sólo una cifra, sino un reflejo del dinamismo y la fortaleza de una región como motor económico del país, al que aporta cerca del 20% del Producto Interior Bruto (PIB) estatal. Este dato no sólo evidencia la importancia económica de la región, sino también su responsabilidad en el desarrollo nacional.
Ahondando en estas cuestiones, una de las claves del éxito económico de la Comunidad de Madrid es el compromiso con la agilidad y la eliminación de trabas burocráticas, lo que está permitiendo la generación de un ecosistema que facilita el desarrollo del tejido empresarial.
Y el mejor ejemplo de esto es que, a través de la Línea Abierta contra la Hiperregulación, el Gobierno autonómico ha simplificado o eliminado hasta 130 normativas en el último, que van desde la eliminación del informe de biodiversidad en proyectos de geotermia hasta la reducción de plazos en la valoración de la situación de dependencia y atención temprana, medidas que facilitan la vida a ciudadanos y ciudadanas, emprendedores y empresas, que estimulan la actividad económica al reducir la carga administrativa, y que demuestran un compromiso real con la eficiencia administrativa y el fomento de la actividad económica.
Otro aspecto fundamental para entender ese compromiso por el dinamismo económico de la región es la atención especializada por sectores en el ámbito del empleo, lo que permite una mejor casación entre la oferta y la demanda laboral. Este enfoque se traduce en un servicio más eficiente y en mayores oportunidades para los desempleados y desempleadas.
En conclusión, el crecimiento económico de la Comunidad de Madrid en 2023 no es fruto de la casualidad, sino de la causalidad, es el resultado de políticas efectivas y un enfoque estratégico. La simplificación administrativa y la atención especializada en el ámbito del empleo son dos ejemplos de las razones de este éxito, unidas a una fiscalidad dirigida a fomentar la actividad económica, el impulso a las exportaciones y a la internacionalización de las empresas madrileñas, o la atracción de inversiones, entre otras cuestiones.