Un beso en Tokio sumege al lector, de forma privilegiada, en el universo del arte, gracias a la experiencia que su autora, Cristina Carrillo de Albornoz Fisac, ha acumulado a lo largo de su intensa vida como comisaria de arte y exdiplomática. Durante su trayectoria, ha podido conocer, trabajar y estudiar a grandes personajes de la cultura contemporánea, que le han servido de guía para acometer su primera novela.
El protagonista de su historia es un arquitecto japonés, por Kengo Ōe, que con motivo de una crisis personal y creativa decide viajar por medio mundo, con la mirada puesta en la filosofía de Lin Yutang: "La mitad de la belleza depende del paisaje y la otra mitad del hombre que la mira".
Kengo Ōe es un arquitecto japonés de renombre internacional, alumno de Tadao Andō, que se encuentra en la cúspide de su carrera profesional. Un día decide romper con todo para encontrar la armonía y el impulso vital perdidos. Esta decisión le llevará a un vivir un periplo emocional desde la isla de Naoshima pasando por China, Dubái, Nueva York, Madrid, hasta llegar a Zimbabue, un lugar tan intenso como inesperado.
A lo largo de este peregrinaje, que se convierte en un viaje por el universo del siglo XXI y un viaje interior extraordinario en el que reflexiona sobre el azar en la existencia, la compleja naturaleza del amor y de la ausencia. Se pregunta sobre la realidad y los sueños, sobre el misterio de la belleza y, en definitiva, sobre la invencible felicidad del ser. Un beso en Tokio cristaliza el goce del descubrimiento y la maravillosa fragilidad de estar vivo.
Un beso en Tokio es a la vez "una novela, un thriller y una larga poesía. Entrelaza la lectura de grandes poetas y explora los secretos y experiencias de los universos del arte, el cine, la música y la arquitectura a través del espíritu intuitivo y vital de un insigne arquitecto que siente y sueña que el arte nos transporta a universos únicos y borra fronteras, también entre Occidente y Oriente.
Elena Foster, fundadora y CEO de Ivorypress, ha dicho sobre la novela que es "una reflexión novelada sobre la paradoja eterna de la belleza efímera y el amor imperfecto. Sobre la desazón y la insatisfacción inesperada del éxito. Sobre la inquietud y la serenidad. Sobre la fuerza de la luz, del espacio, del tiempo. Sobre el continuo tránsito vital. Sobre el encuentro y el desencuentro. Sobre el reencuentro. La primera novela de Carrillo de Albornoz se ancla en la arquitectura, en la literatura, en lugares míticos. La autora capta con detalle la esencia del genius loci. Tokio, Ronchamp, Nahosima, Berlín, Nueva York. La historia inesperada e inacabada de las relaciones de Kengo Ōe, el protagonista de 'Un beso en Tokio', nos seduce y nos hace amarlo".
Por el libro, que en definitiva resulta un íntimo retrato del arquitecto, desfilan grandes de la cultura, desde arquitectos como Tadao Andō, Mies van der Rohe o Rafael Moneo, a los artistas Marc Chagall, Alberto Giacometti, Balthus, Damien Hirst, Harland Miller, Mercedes Lara, e intérpretes de la música, como Maria Callas, Herbert Von Karajan, Miles Davis o Ryuichi Sakamoto.
Además, el libro incluye una selección de imágenes de obras excepcionales, como la iglesia de la Luz, de Tadao Andō; Spiritual Day Blossom, de Damien Hirst; el tríptico del Amour Amour, More Amour, de Harland Miller; una delicada estampa japonesa de la Colección Bartolone Gobbi, y los mapas Entre márgenes, creados por la artista Mercedes Lara, entre otros.