La torre se construyó en 2007, junto al resto del hospital, pero hasta ahora no ha estado habilitada ni equipada para dar servicio. Con una inversión de más de nueve millones de euros, esta infraestructura abrió en mayo sus siete plantas. Desde entonces y hasta el 6 de junio, ha registrado 203 ingresos y 1.397 estancias, con una ocupación del 90%.
La jefa del Ejecutivo madrileño ha incidido en que estas instalaciones "están pensadas para mejorar todo el proceso asistencial", así como "para permitir a los profesionales una atención más coordinada, segura y eficiente, con capacidad para crecer y para adaptarse ante cualquier necesidad".
Asimismo, Ayuso ha desgranado que esta nueva Torre va a permitir "responder mejor a los problemas que plantean las enfermedades graves y crónicas" con los "mejores medios tecnológicos", pero también haciendo hincapié "en el entorno", en que este sea a la medida de las personas y sus necesidades.
La nueva infraestructura añade al complejo casi 6.000 metros cuadrados con alta capacidad de adaptación, con cuatro nuevas plantas de 1.440 metros cuadrados cada una, incluida la cubierta en la que se realizarán terapias al aire libre.
Las tres primeras plantas (baja 1 y 2) de esta infraestructura acogen, en la actualidad, el laboratorio central, que da servicio a seis hospitales públicos madrileños. La tercera corresponde a equipamiento del Infanta Sofía.
Con su puesta en marcha, la cuarta planta de la Torre 4 alberga las consultas externas de oncohematología y el hospital de día, con más de 40 plazas para la atención a los pacientes con esta patología. En esta planta se integran unidades de farmacia y de apoyo y espacios para nutricionista, psicólogo o voluntariado.
Además de tres consultas de enfermería para extracciones y otro tipo de técnicas; ocho, de oncología; dos, de hematología; una, de farmacia y una sala blanca (con el máximo nivel de bioseguridad para evitar la contaminación), así como tres salas polivalentes, por ejemplo, para cuidados paliativos.
La planta quinta de la Torre 4 alberga una unidad de hospitalización convencional, con 30 habitaciones individuales, con capacidad para duplicar su uso y poder atender requerimientos específicos para las necesidades de los usuarios (como casos de aislamiento), además de la dotación de camas para cuidados paliativos.
En la sexta, otras 28 habitaciones más con la misma configuración que las 30 antes mencionadas y se ha habilitado una sala polivalente con un equipo profesional multidisciplinar para pacientes geriátricos y de otras especialidades que presentan cierto grado de fragilidad y en los que se realice intervención, para prevenir el deterioro funcional y el delirium como consecuencia del ingreso hospitalario.
Finalmente, en la séptima planta o sobrecubierta se construirá un espacio al aire libre, acondicionado como área de esparcimiento que podrán compartir enfermos y familiares.